En un entorno donde los tipos están en el punto de mira, los mercados muestran mayor volatilidad y los ingresos fijos empiezan a ofrecer alternativas más atractivas que hace un año, ¿cómo estáis adaptando los perfiles de riesgo de vuestros clientes? ¿Estáis disminuyendo exposición a renta variable, aumentando liquidez o incorporando activos alternativos para diversificar?

En términos generales, ciertamente, apreciamos un exceso de valoración y en algunos activos de renta variable, dependiendo de región y de sector. 

Nosotros entendemos que una correcta diversificación, es sin duda la mejor manera de minimizar riesgos y rotar hacia alternativas que quizás no son tan protagonistas en el momento actual o que no están tan sobrevaloradas, es una alternativa interesante y esto obviamente pues adaptándolo a las necesidades y los objetivos de cada cliente. 

Por supuesto también incorporar activos que están más descorrelacionados con los mercados financieros, llámese activos alternativos o la misma liquidez, digamos que son muy buenas opciones en sus correctas proporciones.

Dado que iCapital hace hincapié en el asesoramiento patrimonial desde la independencia y en la búsqueda de mejores soluciones para el cliente, ¿qué grado de incorporación de activos alternativos consideráis viable para clientes con patrimonios medios? ¿Cuáles son los principales obstáculos?

Digamos que los alternativos siempre son una opción. Ya desde hace unos pocos años paulatinamente se van instaurando con una opción perfectamente válida para carteras patrimoniales ya de un volumen sofisticado o medianamente elevado. Pero la cuestión siempre radica en cómo puede encajar un alternativo dentro de cuestiones fundamentales como la idoneidad de esa inversión, sobre todo de cara a la calificación de un inversor. No nos olvidemos que la mayoría de los inversores en nuestro país son minoristas y de cara a un inversor minorista las opciones son mucho más limitadas. 

Y todo esto con independencia de que sea un inversor minorista profesional siempre mirando la adaptabilidad de ese determinado activo dentro de las propias necesidades o dentro de los procesos objetivos que puede tener cada cliente.

Con los cambios en normativas como MiFID II, la presión normativa creciente sobre las comisiones, la transparencia y los conflictos de interés, ¿cómo afecta todo esto al modelo de asesoramiento de iCapital y, más concretamente, al proceso de selección de productos para el cliente minorista? ¿Ha cambiado vuestra forma de presentar alternativas o asesorar sobre fondos y ETFs?

Nosotros en iCapital siempre hemos entendido la transparencia como un deber, por tanto nos afecta poco o nada estos cambios al respecto dentro de la normativa vigente, la normativa que nos rige. 

Nosotros cuando empezamos a asesorar a un cliente siempre explicamos en detalle cuáles son las mejores opciones disponibles en el mercado. Hay que hacer un estudio muy pormenorizado de todos los costes en la totalidad de su espectro, llámese costes intrínsecos, costes explícitos, cuál es la profundidad del mercado según la plataforma con la que pretendemos trabajar, cuál es la eficiencia y la agilidad según la entidad financiera con la que queremos trabajar, etcétera. Por tanto, ese cliente, quien toda vez cuenta con toda esta información, sobre todo la información más relevante en cuestión de comisiones y de capacidad de servicio, es el cliente quien elige la mejor forma de encaje dentro de sus preferencias. 

Por tanto, digamos que no nos ha cambiado la forma de trabajar y mucho menos tampoco la forma de presentar nuestros servicios a nuestros clientes.

En el contexto actual, ¿qué expectativas de retorno estáis comunicando a nuestros clientes con perfiles moderados? ¿Qué importancia dais a la liquidez y cómo lo trasladáis al diseño práctico de la cartera?

Nosotros somos de la opinión de que no existen dos clientes iguales dentro del mismo perfil. Dicho esto, diría que un objetivo de rentabilidad entre el 5% y el 8% anual, pues digamos que sí que encajaría en la mayoría de los perfiles moderados o prudentes que asesoramos. 

La liquidez siempre tiene un apartado en las carteras de los clientes. Ese porcentaje, digamos que puede incrementarse progresivamente conforme se alcanzan objetivos marcados de inicio en un escenario que si no está muy claro, pues más que incrementamos aún. Se puede mantener ese porcentaje en escenarios que son favorables o cuando vemos que los vientos soplan en popa y que, digamos, la volatilidad está bastante minimizada; y, por supuesto, siempre se usa ante oportunidades de inversión que pueden venir provocadas por correcciones importantes en los mercados o incluso también por la aparición de nuevas ideas que una vez estudiadas y analizadas las entendemos como un elemento de valor para las carteras de nuestros clientes.