Nos encontramos ahora ante una buena oportunidad, y quizás sea la única, para que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés en 75 puntos básicos, una cifra sin precedentes. 

Los datos de inflación en la Eurozona están por las nubes y la estimación del Índice de Precios al Consumo (IPC) interanual de agosto alcanzó el 9,1% (el IPC subyacente se situó en el 4,3%, también muy por encima del objetivo del 2%). La tendencia a corto plazo del IPC sigue siendo alcista y, dado que la política monetaria necesita tiempo para ser eficaz, sería, en nuestra opinión, un error no actuar con audacia.

El BCE necesita asegurarse de que las expectativas de inflación no se desanclen demasiado y cuanto más espere el Banco, más difícil será bajarlas en el futuro. Esto es especialmente cierto porque el BCE se retrasa bastante en la subida de tipos en comparación con otros grandes bancos centrales. El BCE no subió los tipos en junio y luego sorprendió con una subida de 50 puntos básicos en julio. En la agenda quedan tres reuniones en 2022: una este jueves, seguida de otra a finales de octubre y de otra a mediados de diciembre.

¿Por qué ahora? 

Los datos económicos recientes han sido relativamente sólidos, con el Índice de Gerentes de Compras (PMI) de servicios agregado de la Eurozona todavía por encima de 50 y el PMI manufacturero ligeramente por debajo del umbral en 49,8, mientras que las proyecciones de crecimiento económico están sesgadas a la baja. La tasa de desempleo de la zona euro es moderada, con un 6,6%, un nivel inferior al de Covid-19 y a los niveles de la crisis financiera mundial. Recordemos que el BCE ha abandonado su anterior forward guidance y las subidas de tipos se producirán reunión a reunión. Por lo tanto, estas subidas están en gran medida impulsadas por los datos y estos ahora son más fuertes de lo que hemos previsto para los próximos trimestres.

¿Qué mitigará los efectos del aumento de tipos?

En la última reunión del BCE, Christine Lagarde presentó el Instrumento para la Protección de la Transmisión (IPT), que tiene por objeto garantizar el mecanismo de transmisión de la política monetaria y evitar la fragmentación. Creemos que este instrumento, a pesar de ser bastante vago, protegería especialmente a los niveles de diferenciales de la periferia de alcanzar niveles insostenibles. Los factores mitigantes deberían provenir mucho más de los niveles fiscales de la UE y/o de cada nación. Asimismo, la reunión de emergencia de los ministros de energía de la UE de este viernes podría ayudar a frenar los precios de la electricidad, ya que están planeando desacoplarlos del gas y considerar la posibilidad de poner topes a los precios. A nivel nacional hemos visto algún alivio fiscal en Alemania en forma de un tercer paquete de ayuda con 65.000 millones de euros que ayuda a los hogares y las empresas a hacer frente a la subida de los precios de la energía y los alimentos.

¿Qué descuenta ya el precio? 

El mercado valora fuertemente una subida de 75 puntos básicos para la reunión de mañana, lo que se ha visto reforzado por los comentarios de varios miembros del BCE en los últimos días. Sólo Philip Lane parece tener algunas reservas, abogando por un enfoque más comedido. Nos gustaría ver una subida de 75 puntos básicos, ya que creemos que los datos favorecen actuar ahora y no más tarde, aunque tampoco excluiríamos por completo la posibilidad de una subida de 50 puntos básicos.

Oportunidades de inversión

Creemos que el crédito europeo ya descuenta una gran cantidad de pérdidas derivadas del aumento de los precios, unas expectativas de crecimiento más lento y unos bancos centrales con un tono más agresivo. De este modo, los yields de los bonos corporativos parecen atractivos. Es posible que veamos un poco de debilidad más adelante en el año, cuando las estimaciones de los beneficios se revisen a la baja, pero por el momento creemos que existe la posibilidad de que los diferenciales de crédito se estabilicen, idealmente con el apoyo de una decisión sostenible y previsora del BCE. Con todo esto, los bonos bancarios, especialmente los bonos estructurados senior, parecen atractivos.