- Esta semana asistimos a la publicación de una avalancha de datos, entre ellos, las cifras de empleo no agrícola en Estados Unidos y los indicadores de inflación tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido. Además, están previstas las reuniones de los bancos centrales de Europa, el Reino Unido y Japón.
- De cara a 2026, consideramos que el crecimiento general parece resistente, con los estímulos fiscales y la política monetaria llamados a ofrecer apoyo adicional.
- El crecimiento en Europa, especialmente en Alemania, podría repuntar, mientras que se espera que China mantenga su objetivo del 5%. Estados Unidos podría repetir su desempeño en 2025, mientras que el Reino Unido se dirige a otro año de crecimiento débil.
- El impacto de los aranceles ha resultado ser menor de lo previsto, pero probablemente seguirán siendo uno de los factores que tendremos en cuenta durante 2026. Las cadenas de suministro y la economía global continuarán adaptándose.
- Las valoraciones en los mercados de renta variable y de renta fija ya descuentan un volumen considerable de buenas noticias, y los inversores seguirán de cerca la monetización de la IA. La clave residirá en si estas empresas conseguirán evitar decepciones en los retornos del gasto en capital.
Se trata de nuestro último comentario de mercado del año, aunque esta semana la actividad en los mercados financieros va a ser intensa. Destaca la publicación tardía de los datos de empleo no agrícola en Estados Unidos, retrasados por el cierre del gobierno federal. ¿Aportará la información correspondiente a octubre y noviembre algún matiz, aunque sea leve, a la narrativa sobre la situación del mercado laboral estadounidense? Los datos recientes han sido dispares, pero han servido para poner en cuestión la idea de un debilitamiento acusado del empleo en Estados Unidos.
Además, se publicarán los datos de inflación en el Reino Unido y en Estados Unidos, y tendrá lugar la celebración de tres reuniones de bancos centrales. Se espera que el Banco Central Europeo mantenga los tipos, que el Banco de Inglaterra los baje y, quizá de forma más destacada, que el Banco de Japón eleve los tipos en 25 puntos básicos.
De cara a 2026, consideramos que el crecimiento global mostrará resiliencia y, en conjunto, creemos que el próximo ejercicio podría ser un año de “extensión del ciclo”. Con ello esperamos que, tanto el estímulo fiscal como la política monetaria, sean favorables. En combinación, este contexto debería mantener el crecimiento global en niveles similares o ligeramente superiores a los observados en 2025.
En el ámbito fiscal, prevemos estímulos en Japón. Alemania ya los ha anunciado y, en Estados Unidos, el “One Big Beautiful Bill” ha sido aprobado por el Congreso. Estas iniciativas comenzarán a desplegarse y a tener un impacto positivo en la economía. Asimismo, se espera que China adopte medidas graduales para mantener el dinamismo económico.
En el terreno de la política monetaria, anticipamos divergencias en 2026. Estados Unidos y el Reino Unido probablemente bajarán nuevamente los tipos, con la posibilidad de una aceleración en Estados Unidos ante el previsible nombramiento por parte del presidente Trump de un presidente de la Fed con un sesgo más acomodaticio. En el Reino Unido, esperamos un par de recortes de tipos a lo largo de 2026, que se sumarían a la bajada prevista para este jueves. En la zona euro, lo más probable es que los tipos se mantengan sin cambios, salvo que se produzca algún acontecimiento de carácter extraordinario. Japón, por el contrario, avanza en la dirección contraria, con subidas graduales de tipos a medida que el Banco de Japón gana confianza en que la inflación está consolidada y avanzando hacia su objetivo del 2%.
Al analizar las perspectivas económicas, prevemos un crecimiento sólido en 2026. Anticipamos un repunte de la actividad en algunas economías europeas, con Alemania especialmente bien posicionada gracias a los estímulos anunciados. Se espera que China mantenga su objetivo de crecimiento en torno al 5% y que la expansión de Estados Unidos se sitúe en línea con la de este año. Las perspectivas de crecimiento del Reino Unido continúan siendo mediocres, aunque no difieren de forma significativa de las de 2025, si bien existe cierto margen para un ligero deterioro.
Los aranceles han llegado para quedarse, aunque persiste la falta de claridad sobre su estatus legal y seguimos a la espera de una decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Con independencia del fallo, es probable que los aranceles sigan siendo un tema recurrente en 2026, y que la economía global y las cadenas de suministro continúen ajustándose en consecuencia.
Nos adentramos en 2026 con valoraciones elevadas tanto en los mercados de renta variable como de renta fija, lo que deja un margen de error reducido. Dado que la temática de la IA sigue siendo dominante, existe riesgo de decepción si las empresas vinculadas no cumplen unas expectativas muy exigentes de crecimiento futuro. En un plano más amplio, 2026 probablemente será un año en el que la monetización de la IA y la generación de retornos sobre el capex asociado adquieran un mayor protagonismo.
El calendario político se presenta relativamente despejado, aunque probablemente no acabe siendo así. En noviembre se celebrarán las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, cuyos resultados contribuirán a definir el rumbo de los dos últimos años del mandato de cuatro años del presidente Trump. En el Reino Unido tendrán lugar elecciones locales, que podrían influir en el futuro político de Keir Starmer y Rachel Reeves. Más allá de Europa y Estados Unidos, se aproximan las elecciones presidenciales en Brasil, en las que el presidente Lula concurrirá a la reelección.
En conjunto, afrontamos 2026 con una perspectiva relativamente optimista y esperamos un año favorable para el crecimiento global. Al mismo tiempo, somos conscientes de que una parte significativa de las buenas noticias ya está descontada en los precios.