Para el crédito del país, y pese a rachas de volatilidad relacionadas con los tipos de interés, los bancos regionales y los aranceles, este periodo ha estado definido por fuertes rentabilidades. Este resultado ha reflejado factores como la fortaleza fundamental, un nivel muy bajo de incumplimientos y un abundante suministro de capital para los emisores, que han creado un sólido trasfondo técnico en todos los sectores de financiación apalancada.
En este entorno favorable, los diferenciales de crédito han continuado estrechándose, llevando a los inversores a preguntarse cuánto recorrido alcista podría quedarle a la clase de activo en 2026. Vale la pena recordar que, aunque los diferenciales parecen bajos en términos históricos, no lo son tanto si tenemos en cuenta la composición del mercado high yield americano de hoy en día. Los niveles de diferencial actuales están respaldados por un porcentaje casi récord de bonos BB, cerca de un mínimo histórico de títulos CCC, un máximo histórico de bonos garantizados (35%) y mínimos de duración y diferenciales de compra y venta (es decir, una mejor liquidez).
Dicho esto, la abundante oferta de capital ha conducido a un mayor endeudamiento de las empresas en ciertas áreas del universo global de financiación apalancada, sobre todo en el extremo inferior el espectro de crédito en los mercados de préstamos sindicados de gran tamaño y de deuda no cotizada. Últimamente se ha prestado una mayor atención a casos de incumplimiento notables y al malestar de los inversores en torno al riesgo de contagio en los mercados de crédito.
Gráfico 1: Composición del mercado de crédito high yield de EE.UU. en base a una selección de calificaciones
Datos a 30 de septiembre de 2025. Fuente: Bank of America, HY Research
Pese a anticipar que los ejercicios de gestión de pasivos seguirán prevaleciendo en 2026, creemos que la actividad de incumplimientos en el segmento high yield debería permanecer moderada y seguramente dominada por las circunstancias de empresas individuales.
En este contexto, un enfoque activo y disciplinado de inversión en los mercados de deuda corporativa de menor calidad podría estar justificado. A pesar de la incertidumbre macroeconómica, nuestra expectativa es que los diferenciales high yield continuarán fluctuando en un rango relativamente estrecho, con el segmento respaldado por la demanda continuada de unos inversores concentrados en el potencial de rentabilidad total disponible a medida que disminuyen las tasas del efectivo.
Pensamos que los instrumentos con baja duración seguirán siendo atractivos debido a su capacidad para mitigar la volatilidad de los tipos de interés y de los diferenciales, al tiempo que brindan acceso a la parte más líquida del mercado. Para los inversores que buscan mayores niveles de rentabilidad dentro del mercado high yield americano, cualquier caída del segmento (como la sufrida en abril de 2025) podría dar pie a oportunidades de compra atractivas en instrumentos con mayor riesgo.
Para beneficiarse del abanico total de oportunidades en 2026, los inversores podrían considerar un enfoque flexible y concentrado de inversión en crédito high yield, sacando partido a sus únicas ventajas de diversificación en el marco de una asignación de activos más amplia.