Nadie sabe cuántas family office existen en España. Es una de las afirmaciones que se desprenden del estudio "Descubriendo al family office español" elaborado por OpenWealth, el multifamily office del Grupo CaixaBank y finReg360, firma líder en España en regulación, consultoría y fiscalidad financiera. 

Uno de los asuntos más desconocidos es el de la fiscalidad. Los expertos Marta Alonso, directora general de OpenWealth y los socios de finReg360, Fernando Alonso y Jorge Ferrer destacan que en contra de la creencia popular, las oficinas familiares no tienen un régimen fiscal especial. Sin embargo, sí utilizan los instrumentos y vehículos adecuados para reducir el impacto de Hacienda en sus inversiones. 

Motivaciones para crear un family office en España 

Y a pesar de ese desconocimiento inicial, han consultado a 40 grupos familiares durante 2024 para conseguir una gran imagen para constituir una visión actualizada de este vehículo inversor en España. Consultados por la creación, destacan en el informe que un 55% lo que pretende es crear un legado familiar duradero, seguido de un 35% que opta por garantizar la seguridad financiera de futuras generaciones. 

A larga distancia, las razones para su creación quedan como residuales, con un 5% de los consultados, la intención de realizar donaciones filantrópicas, y un 2,5% que se reparte a partes iguales entre mantener y mejorar el estilo de vida actual y asegurar fondos para la educación y bienestar de los hijos. 

Y es que, esa traslación no es tan habitual como creemos. Según el estudio, un 52% trasciende una generación, un 21% dos generaciones, tres un 12% y un 15% más de tres. 

En qué invierten las family office españolas 

En lo que a inversión se refiere, el conservadurismo pervive en su visión de negocio. Destacan que el peso de las carteras de las familias se reparte de forma prácticamente igual entre inversión directa en activos y a través de vehículos o de forma colectiva. 

De forma indirecta, la inversión se dirige en estas carteras hacia vehículos de inversión alternativos o de capital cerrado, en un 25% y algo más, en un 26% lo hace en vehículos líquidos. Con renta fija y variable compensadas, con pesos que se reparten de forma prácticamente idéntica. 

Y a pesar de que, el 24% se dirige a propiedades inmobiliarias, tanto directa como indirectamente, lo cierto es que, Marta Alonso, directora general de OpenWealth, es un sesgo incluso por debajo de lo que esperaban, porque, consultando estudios anteriores, el peso de este sector se colocaba alrededor del 40%. 

La planificación tanto patrimonial como fiscal es un factor importante a la hora de seleccionar sus inversiones, con un 36% de las familias que colocan su dinero en actividades culturales, proyectos de I+D, en un 38% y un 19% en seguros de vida. Pero lo principal es la realización de actividades no lucrativas o de mecenazgo para el 52% de las oficinas familiares. 

En comparativa con los family office de otros países europeos, los españoles muestran una mayor diversificación al asignar un 20% de la inversión a private equity, frente al 12% español y el 37% a valores negociables, frente al 15% de nuestros inversores. 

Y su ámbito de inversión está altamente concentrado en España y en Europa, con una fuerte apuesta a futuro de ambos, aunque la encuesta se realizó antes del cambio de sesgo del mercado a cuenta de los aranceles de Trump. Además, entre los sectores, se prevé elevar el peso al tecnológico, el sanitario y el energético.

Retos para las family office españolas 

En el corto plazo, tres son los retos que ponen sobre la mesa. Por un lado, la gestión del riesgo y la diversificación del patrimonio. Y es que conforme va creciendo el patrimonio, se convierte en más complejo de gestionar y puede impactar en los rendimientos. Factores como la incertidumbre económica, las fluctuaciones de los mercados financieros y los riesgos geopolíticos son factores que pueden afectar negativamente a las inversiones de las family office. 

El segundo es la transferencia de la riqueza entre generaciones, con procesos delicados como la sucesión en la transferencia de poder y de responsabilidad de una generación a la siguiente. Aquí es donde más surgen los conflictos familiares con desacuerdos sobre la gestión, tanto de patrimonio, como de inversiones o de prioridades familiares. 

Por último, la alineación de los intereses de la familia, con el hecho imprescindible de contar con una cohesión familiar y coherencia de objetivos para evitar conflictos y asegurar la gestión eficaz del patrimonio. 

Contribución económica y social de las oficinas familiares

El estudio señala que su papel es muy relevante y positivo para el desarrollo económico pero también social. Uno de esos efectos trata de empleo, ya que de forma directa, las mayores contrataciones de los family office apenas alcanzan los 6 empleados en el mejor de los casos. Pero sí invierten en sectores donde la creación de empleo es extensiva, por lo que contribuyen a ello de forma indirecta. 

Su formación se produce, en primer término, cuando una o varias familias acumulan un patrimonio bien por explotación o venta de una empresa familiar o por evento de liquidez que se produzca, caso de que toque un premio de lotería muy elevado, con cometido principal de que asegurar que perdure a las generaciones futuras.  

Además impulsan la financiación alternativa y la competitividad empresarial. Y además, su apoyo a las startups, las nuevas tecnologías y la conservación cultural, mientras fomentan el crecimiento sostenible y la innovación, ayudando a la adaptación de la economía al entorno global.