A estas alturas, nadie oculta que los Bancos Centrales tienen un trabajo duro y difícil: contener una inflación que sigue muy por encima de sus niveles objetivo y tratar de que en el camino la economía no se deteriore más de lo previsto. Ya dijo Jerome Powell, presidente de la FED, en una de sus últimas reuniones, que la recesión no era su escenario principal pero que, en todo caso, sería un efecto colateral de su política. Y eso con una economía que cuenta con unos niveles de paro en una tasa natural.

En Europa la cosa se complica simplemente porque el punto de partida de la economía a la hora de comenzar a subir tipos no era tan boyante como el de Estados Unidos. “Ahora sí, los Bancos Centrales están en la fase de subida de tipos, eso no se discute, pero creemos que es complicado intentar contener la inflación sin cargarse la economía a nivel de crecimiento”, asegura Juan Hernando, Responsable de selección de fondos de Morabanc.

En cuanto al riesgo de recesión, que es uno de los riesgos centrales de las mesas de debate, según apunta Fernando Ibáñez, Presidente de ASEAFI, considera que es un riesgo que lo están utilizando los medios y algunos gestores y que es irreal y falso porque aún no hemos visto los resultados empresariales del segundo trimestre para poder afirmar que es hacia donde vamos.

“El miedo se contagia y vende mejor que las buenas noticias”, por lo que el experto recomienda ir analizando los resultados para poder concretar el escenario al que nos dirigimos. Pero igual es la mezcla de inflación y bajo crecimiento lo que lleva a pensar que se habla de un escenario recesivo, según el experto de Andbank.

La recesión no es solo una cuestión de los medios, sino el escenario central de responsables de estrategias de gestoras, departamentos de análisis económico de bancos y banqueros de inversión. Para Jaime del Palacio, Socio de Diaphanum, no se puede comparar este periodo con 2008, porque la recesión técnica es de dos trimestres de crecimiento negativo. La clave son los beneficios empresariales y el famoso PER para tomar decisiones de inversión.

Y es que la inflación sigue siendo la principal preocupación de organismos monetarios, empresas e inversores. Una inflación que en las dos principales economías tiene diferentes orígenes. En el caso de EEUU es por un recalentamiento de la economía mientras que en Europa es una inflación de oferta, derivada de los cuellos de botella en los suministros y el incremento de los precios de la energía, derivado especialmente de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Algo que ya está empezando a cambiar. Gabriel Simón, Sales Director de CTI asegura que en los tres modelos de la gestora  “la inflación va a la baja y esto es porque el tema de la energía se va a solucionar y hará que la inflación baje”.

Además de otros factores “como que la situación de Covid en China está cerca de normalizarse y las cadenas de distribución y producción en breve están cerca de volver a niveles normales. Además, por el lado de la demanda vemos que la subida de tipos mermará el poder adquisitivo de los consumidores que, unido a la inflación, hará que haya menos renta disponible”, admite Ramón Cirach, Portflolio Manager de Arquia Gestión.

No obstante, Miguel Luzarraga, Managing Director Iberia de AllianceBernstein, hace hincapié en que estamos en un mundo en diversas velocidades y momentos económicos. Hay Bancos Centrales, como los emergentes y EE.UU. más avanzados en la labor de control de la inflación, con subidas de tipos más agresivas aunque con el riesgo de sobre frenar la demanda, y por consiguiente, el crecimiento. “Hasta que no se vea el efecto de estas subidas de tipos seguiremos viendo mercados volátiles”. Por otra parte, en Europa se observa un decalaje, con el pico de inflación que aún no ha llegado, pero que llegará a final de año. Y China con el ciclo de bajada de tipos para estimular una economía que ha estado parada por los diversos confinamientos.

En Renta Fija, desde el punto de vista de las TIRES, sobretodo las mas arriesgadas, se están poniendo a tiro, pero construir una cartera hoy en día es incierto y creemos que de cara al verano, no prevemos que haya clientes que aprieten la tecla. “No salirse del mercado, irse a cías con menos Beta o una cartera más diversificada”.

Lo más importante aquí, dice Juan Carlos Franco, Mananing Director de MdF Family Partners, “es el cambio de discurso de los organismos monetarios. Hasta ahora todo el mundo hablaba de un aterrizaje suave en la economía y ahora el debate está en si la recesión será suave o no. La recesión sí o sí se producirá en Europa antes porque el corte de gas de Rusia podría acelerarlo”. 

Y será cuando los Bancos Centrales tengan que dar marcha atrás en su política de subida de tipos. De hecho, el mercado ya descuenta que en 2023 bajarán los tipos. “Y si se descuenta esto es porque se piensa que la inflación estará controlada con lo que algo transitoria sí nos creemos que es”, dice Georgina Sierra, Responsable de Activos financieros de DiverInvest Asesoramiento EAF, que reconoce que aquí hay algo que no encaja “y es cómo está interpretando el mercado la situación pues da la sensación de que los Bancos Centrales están intentando conseguir unos objetivos con unos medios que no son los adecuados”. Esta experta asegura que ahora “los tipos de interés nos parecen altos pero mientras se mantengan por debajo del nivel de la inflación sigue siendo expansionista y no tiene ningún sentido. Por eso me temo que deberían subir más y los picos de interés en renta fija quedan por llegar”.

Y aquí entra en juego la deuda de los Estados que se ha duplicado en muchos años y que impide que se puedan llegar a niveles históricos de tipos de interés porque supondría la quiebra. Es por eso que, para algunos, el Bund no subirá de niveles del 4%-5% ya que esa deuda no hay quien la pague. La pregunta, dice el experto de Creand Wealth Management es cuál es el nivel sostenible de tipos con la deuda que tenemos.

En el sector reconocen que será un año de crecimiento económico a la baja con inflación en niveles del 3 -4% en un año más de riesgos que de rentabilidades.

Un momento en el que el perfil más complicado, nuevamente, es el conservador. “Porque si el agresivo es consciente de que puede haber una corrección en los mercados, sobre todo después de años extraordinarios, el inversor conservador no entiende caídas del -4%. Aunque se ven los cupones y las yields algo más atractivas”, admite el experto de Morabanc, que cree que ahora el binomio yield - duración es más atractivo.

Es momento de construir cartera en renta fija

Es ahora, dicen en el sector, cuando se debe empezar a pensar dónde tiene valor la renta fija pues “sí se puede empezar a pensar en este activo para la cartera en cartera de bonos a 2-3 años, corporativos o bonos de beta baja, que pueden ser interesantes”, dice el experto de MdF Family Partners. Pedro Rodríguez, banquero privado senior de Creand Wealth Management Barcelona asegura que “los tipos de interés seguirán subiendo fuertemente hasta que la economía dé síntomas de moderación y cuando eso pase tendremos a los Bancos Centrales tomando medidas de nuevo pero no vemos una estabilización en la subidas a corto plazo”.

“En todas las grandes crisis surgen buenas oportunidades”, es lo que opina Francisco Javier Velasco, Experto en Asesoramiento y Gestión Discrecional en Andbank Wealth Management, quien agrega que con la visión de que hay que estar invertidos si o si, y con las presiones inflacionarias actuales se ofrece la oportunidad de volver a las carteras tradicionales con la Renta Fija nuevamente presente en todas las carteras. Sobre todo teniendo en cuenta que para batir la inflación hay que hacer un mix de carteras donde además se incluyan activos alternativos.

Bruno Patain, Country Head Spain and Portugal de Eurizon reconoce ver valor en la deuda pública “donde las TIRes han mejorado mucho. La parte soberana emergente en divisa local tiene todos los semáforos en verde. En renta variable somos neutrales, negativos en Europa, neutrales en EEUU y largos en emergentes pues más del 75% del MSCI de mercados emergentes es Asia y el único activo en el que decimos ¡adelante! es la deuda pública de esta región”. Una región en la que el hard currency es menos volátil aunque “el potencial lo vemos en divisa local porque, cuando todos los bancos centrales han subido tipos, el ciclo de tipos en emergentes ha terminado, las divisas están infravaloradas frente al dólar... y si ponemos en conjunto estos factores más el carry todo apunta a que pronto puede ser el momento de comprar deuda soberana en divisa local, pues se benefician porque controlan la imprenta local y ahí nunca harán un default”.

En este punto, desde CTI creen que en emergentes una de las opciones es jugarlo sin divisa porque “es un hedge. Tenemos una visión muy neutral sobre emergentes porque es una región en la que puedes borrar la rentabilidad de tres años en seis meses y tiene que ser para un cliente muy concreto”.

En la deuda más agresiva, como el high yield, el experto de CTI se mantiene cauto pues “el nivel de default en el mercado es muy bajo y creemos que se va a duplicar e irá del 2% actual al 4%”. Patain cree que “todas las ayudas que han puesto sobre la mesa los Bancos Centrales estos dos años han evitado que hubiera muchas quiebras por lo que el high yield puede sufrir lo que han evitado durante dos años”.

Simón asegura que “hay que comprar crédito investment grade porque las empresas están muy bien a nivel de apalancamiento, tienen caja y pueden afrontar fácilmente la deuda ante una subida de tipos”.

Para Elena Delfino, Head de España de Aegon, en la parte de renta fija cabe destacar un activo que en un momento como el actual, donde se desconoce hasta dónde subirán los tipos de interés, proteja de la inflación y que sirva para descorrelacionar la cartera son los ABS europeos, que son bonos flotantes 100%, adaptando el cupón a subida de tipos, invirtiendo en el tramo más senior de la estructura del ABS (IG), además con los consumidores con tasas de ahorro altos es un producto que permite exposición al consumo deuda, con duraciones cortas (0,39).

En renta variable, la clave es el PER

Y ¿qué hacemos con la renta variable? Pedro Rodríguez cree que la parte de equity en Europa se ha abaratado, por valoración cotiza a múltiplos atractivos, “pero dado que esperamos que los tipos suban, podemos ver niveles de PER de 8-10x y comprar a mejor precio”. Aunque lo importante del PER, dice Franco, “son los beneficios y su visibilidad algo que, hoy por hoy nadie tiene”. Las revisiones a la baja en los beneficios todavía han sido muy escasas y, si la economía macro se mete en recesión, habrá revisión a la baja en los beneficios. “Yo soy neutral en equity pero soy partidario de que, una vez se produzca la revisión de beneficios, estar más pendiente de dónde tengo que comprar”. 

Una variable que es el clavo ardiendo. “Cuando hacemos gráficos de largo plazo de los precios de los activos y beneficios que suelen ir muy correlacionados. Y, con estas caídas fuertes del precio, se cierra por un lado o por otro”.

Se puede esperar este año crecimiento de beneficios, sino de doble dígito por revisión de estimaciones, pero razonablemente creciendo. Toca sobreponderar ciertas regiones a otras, posiblemente en EE.UU. (donde la inflación tiene más origen por parte de salarios y servicios) vs Europa (generada más por alimentos y energía), y por otro lado Asia que viven en un mundo apoyado aún por estímulos. Desde el punto de vista de sectores, Jorge González, Director de Análisis de fondos de Tressis, opina que hay que tener prudencia y cautela, “y nos centramos más en sectores defensivos y en cómo la tecnología, un sector de crecimiento, en un entorno de inflación puede ser defensivo ya que la inversión que se gasta en tecnología/ software se mantendrá a pesar de estar en un ciclo de menor crecimiento económico.

Precisamente el de tecnología es un sector muy transversal y que marida bien con el resto de los sectores y en el que actualmente hay atractivas valoraciones. “Es una inversión apta para carteras diversificadas y a largo plazo. Creemos que los niveles actuales ofrecen oportunidades de entrada en algunas compañías del sector”, comenta Jonás González, selector de fondos de Mutuactivos. Por otra parte, Jonás González, selector de fondos de Mutuactivos, señala que en su gestora ven oportunidades tanto en renta variable como en la renta fija siempre pensando en un horizonte de medio plazo. “En renta variable vemos atractivo en las compañías que se han visto penalizadas y tienen un sesgo de calidad. Por calidad se entienden compañías con poder de fijación de precios, barreras de entrada, bajo endeudamiento y rentables. En renta fija observamos rentabilidades atractivas que no se veían 6 meses atrás. Si bien puede sufrir en un entorno recesivo por aumento de las tasas de morosidad, consideramos que ofrecen suficiente colchón para obtener rendimientos atractivos en un entorno donde tanto las familias como las compañías presentan una salud financiera o unos balances más sólidos”, comentó.

En China la visión es positiva, en un ciclo económico antagónico de los desarrollados. Los expertos hablan de los “brotes verdes”, con actividad que empieza a fluir en puertos, materias primas y consumo. Para Patricia Ribelles, Analista de inversiones de Orienta Capital, en sus carteras, Asia es una parte fundamental, pero con una visión a largo plazo, principalmente apoyado en aspectos demográficos y por valoraciones atractivas, lo que ha llevado a impulsarlo en los últimos meses.

En cuanto a negocio, y viendo que es un año en que la correlación de los activos se ha aumentado y han ido en tándem hacia correcciones, Victoria Torre, Responsable de Oferta Digital de Singular Bank, considera que no espera que sea un año especialmente negativo, ya que, a diferencia de otras crisis, en esta no ha habido ventas indiscriminadas. “Seguimos creyendo en las megatendencias que tengan que ver con cambios geopolíticos y climáticos, así como temas relacionados con disrupción tecnológica".

El inversor final ha madurado con el paso del tiempo y también depende de la oferta de cada casa, apunta AllianceBernstein, orientados a renta variable de calidad, con menor sensibilidad a los movimientos del mercado.