El invierno amenaza con provocar la primera crisis energética europea grave en décadas. Mientras los líderes políticos buscan posibles soluciones, la capacidad de las energías renovables está en el punto de mira.

A medida que bajan las temperaturas y el suministro de gas ruso a Europa se reduce casi a cero, la seguridad energética ha pasado de ser un concepto político teórico a tener implicaciones reales en todo el continente. Tras la destrucción de los gasoductos Nordstream, está más claro que nunca que no hay vuelta atrás. Esto ha puesto el foco en los suministros de energía alternativos, incluidas las energías renovables.

El papel de las renovables en el mix energético a largo plazo es seguro, respaldado por sólidos fundamentales y marcos políticos. Sin embargo, la medida en que las energías renovables pueden satisfacer la demanda inmediata varía mucho según el país.

Los países europeos más vulnerables a la crisis energética

Las reservas de gas están llenas en un 87% aproximadamente (según Reuters a 24 de agosto), justo por debajo del 90% de capacidad que necesitan la mayoría de los países para pasar cómodamente el invierno. Se han hecho grandes esfuerzos para asegurar fuentes alternativas en el lado de la oferta. Por el lado de la demanda, el bloque ha acordado un objetivo voluntario de reducción del 15% en el uso del gas, aunque la implicación varía de nuevo de un país a otro.

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Alemania

Antes de la invasión rusa de Ucrania, Alemania era el mayor importador de gas ruso en Europa y actualmente es el más vulnerable. La mayor economía de Europa está tratando la escasez de energía como una crisis que espera que se agrave. Alemania ha tenido cierto éxito en la diversificación de sus proveedores de gas, incluyendo los contratos recientemente negociados con Canadá y los EAU (Emiratos Árabes Unidos). Además, ha decidido prolongar la vida útil de dos de las tres centrales nucleares que le quedan hasta después del invierno, un cambio importante para el ministro de economía, perteneciente al partido de Los Verde de Alemania.

Los consumidores y las autoridades locales ya están siendo alentados a reducir el consumo mediante una serie de medidas. Las industrias alemanas que consumen mucha energía, como los fabricantes de productos químicos y cerámicos, han evaluado y comunicado su dependencia del gas ruso. El país teme una oleada de insolvencias provocadas por los altos precios del gas, por parte de panaderías, industrias químicas y otros sectoresde gran consumo energético.

Italia y España

Después de Alemania, Italia ha sido el segundo importador europeo de gas ruso. Italia ha actuado con rapidez para asegurarse fuentes de gas alternativas, incluyendo un contrato con Argelia, por ejemplo. Sin embargo, Italia también podría verse afectada por la situación nuclear de Francia, de donde históricamente ha importado electricidad. Tanto Italia como España pueden hacer un mayor uso del gas natural licuado (GNL), dada la infraestructura existente para la importación de GNL. Según Clean Energy Wire, "Alemania no tiene sus propias terminales de regasificación de GNL y las importaciones entran a través de las terminales de los países vecinos, especialmente Bélgica y Holanda".

Además, España ha impulsado una serie de medidas de ahorro energético, como la restricción del uso del aire acondicionado, por ejemplo, que luego han imitado otros países.

Las renovables en el punto de mira: la transición energética se convierte en un imperativo político mayor

La guerra entre Rusia y Ucrania ha dado un nuevo impulso a la transición energética. La voluntad política se refuerza a medida que las agendas de seguridad energética se alinean con el objetivo cero neto.

Esta era la ambición central del Plan REPowerEU, anunciado en mayo de 2022, con el doble objetivo de acabar con la "dependencia de los combustibles fósiles rusos" de la UE y hacer frente a la crisis climática.

A nivel doméstico, la necesidad de autosuficiencia en relación con el suministro de energía es cada vez mayor. La reciente experiencia de los gobiernos con el Covid ofrece un punto de referencia: la mayoría de los grandes países han desarrollado capacidad para fabricar vacunas tras la pandemia. Esperamos un efecto similar con las energías renovables. Es decir, al estar bajo control doméstico -además de ser barata y de emitir bajas emisiones de carbono- tiene un importante atractivo político.

La trayectoria a largo plazo del crecimiento de las energías renovables está clara

Incluso sin el impulso del conflicto ruso-ucraniano, se prevé un importante aumento de las energías renovables en Europa en esta década.

La Agencia Internacional de la Energía estima que el año pasado se añadió un récord de 290 gigavatios de capacidad de energía renovable en todo el mundo. Si esta tendencia se mantiene, las energías renovables podrían superar a los combustibles fósiles y a la energía nuclear juntos en 2026.

Europa ya es una de las principales regiones del mundo en cuanto a inversión en energías renovables y también ha registrado una fuerte aportación de energías renovables en 2021. Las aportaciones anuales aumentaron casi un 30%. A pesar de su sólida posición de partida, abordar la nueva cuestión de la seguridad energética, así como alcanzar el objetivo de Europa de lograr cero emisiones netas en 2050, requiere muchos cientos de miles de millones de inversión adicional. Aurora Energy estima unas necesidades de capex de más de 1,5 billones de euros hasta 2050, con un mayor despliegue en la década de 2020. Para 2050, se prevé que las energías renovables constituyan una parte fundamental de la seguridad energética en todas las economías importantes de Europa, contribuyendo en general al 80% de la combinación energética de la región, con una demanda de electricidad de más de 1,5 veces la demanda básica actual.

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Mix a corto plazo: los combustibles fósiles siguen siendo importantes

La utilización a corto plazo de fuentes de combustibles como el carbón y el petróleo es práctica y necesaria para proteger a las personas y medios de vida. No vemos la forma de evitar el uso de combustibles fósiles mientras se construye la capacidad en el sector de las renovables y se invierte en soluciones de almacenamiento y estabilidad de la red. Europa debe actuar con rapidez en este periodo de transición y aunque el despliegue de la capacidad renovable se ha visto incrementado por la crisis de seguridad energética, sigue encontrando impedimentos.

Obtener un permiso para un proyecto eólico en Europa puede llevar hasta nueve años. Los proyectos solares pueden tardar entre cuatro y cinco años. Aunque los gobiernos se han comprometido a acelerar estos procesos, se necesita una acción real a nivel local.

Desde Schroders creemos que las instalaciones nucleares, gestionadas de forma segura, son también opciones energéticas prácticas desde el punto de vista climático. Sólo dos países en Europa tienen una capacidad significativa: Francia, con unos sesenta reactores y que se enfrenta a los problemas descritos anteriormente, y Reino Unido, con cinco centrales. En términos de seguridad energética a corto plazo, la energía nuclear ofrece poco. Los proyectos tardarían aproximadamente cinco años en obtener la autorización y otros cinco a diez años en construirse.

El atractivo de la inversión evoluciona: las renovables ofrecen seguridad de rendimiento en un mundo inestable

A pesar de la pandemia y ahora la incertidumbre económica, el ritmo de la inversión privada en energías renovables ha mostrado pocos signos de desaceleración.

En 2021, la inversión mundial en la transición energética alcanzó los 755.000 millones de dólares, según BloombergNEF, un enorme aumento anual del 27% y más de 200.000 millones de dólares por encima de los niveles alcanzados en 2019.

La inversión en el sector de las renovables se ha centrado históricamente en las plusvalías. Sin embargo, vemos una oportunidad para que el capital se beneficie de una forma diferente de rendimientos, lo que podría ayudar a hacer crecer este sector a gran escala. Las características clave de esta clase de activos son su bajo riesgo tecnológico, la previsibilidad de los recursos y, si se gestionan adecuadamente, la previsibilidad y seguridad de los flujos de caja. Los inversores están mostrando un mayor interés por la estabilidad de los rendimientos a medida que convergen la guerra, la fragilidad económica y el aumento de la inflación.