Tras la subida de tipos por parte de la Reserva Federal y con claros visos de mayores presiones inflacionarias y por tanto mayores subidas de tipos y desaceleración económica, y con la virulenta reacción en los mercados y las divisas, las gestoras comentan su visión tras dicha reunión.

Para Fidelity, "la Fed combina la retórica de los halcones con las acciones de los alcones". Según Anna Stupnytska, economista macro global, sin llegar a los 100 puntos básicos, la Reserva Federal se las ha arreglado para sorprender a los mercados a través del gráfico de puntos de septiembre y el SEP, reforzando el mensaje de halcón de Powell en Jackson Hole. Dado que los datos siguen apuntando a que las presiones inflacionistas son cada vez más amplias y se encuentran más arraigadas con el traspaso de las presiones de la energía a los servicios, la lucha contra la inflación sigue siendo el único punto de atención de la Fed. Al mismo tiempo, la continua solidez económica y el buen estado del mercado laboral apuntan a una elección limitada -al menos por el momento- entre crecimiento e inflación.  El tan esperado "punto de inflexión" parece ahora más lejano: hasta que no veamos pruebas sólidas de que el endurecimiento de la política monetaria se transmite a la economía real, la Fed seguirá en su senda de subidas. Sin embargo, observamos que si las condiciones financieras se endurecen de forma significativa podríamos ver una pausa más temprana, pero ahora mismo estamos lejos de eso y la incertidumbre sigue siendo muy alta debido a las numerosas piezas en movimiento. Desde una perspectiva a medio plazo, seguimos pensando que el tipo real a 10 años de EE.UU. por encima del 1% es insostenible, pero llevará tiempo que se produzcan los daños correspondientes.

En cuanto a la asignación de activos, seguimos siendo prudentes con los activos de riesgo, manteniendo la infraponderación de la renta variable y el crédito y una fuerte sobreponderación del efectivo. Nos mantenemos neutrales en cuanto a la duración en medio de la continua atención de los bancos centrales a la inflación, sin perder de vista el deterioro de las perspectivas de crecimiento. Por regiones, en renta variable preferimos la estadounidense, dadas sus propiedades defensivas y a pesar de las expectativas de que la Fed continúe con su actitud agresiva. En cuanto al crédito, nos posicionamos de forma defensiva en los mercados desarrollados de mayor calidad en relación con los mercados emergentes, donde vemos vientos en contra por la fortaleza del dólar. Y por ultimo, en cuanto a las divisas, somos neutrales pero tenemos opiniones positivas sobre el dólar a través de determinadas divisas asiáticas, en las que los bancos centrales se encuentran en puntos diferentes de su ciclo político.

Para Christian Scherrmann, economista de EE.UU para DWS, se esperaba que la Fed volviera a subir 75 pb, aunque apuntan a que el verdadero mensaje que transmitió en el Resumen de Proyecciones Económicas es que la trayectoria futura de la economía muestran ahora su disposición a subir los tipos de interés hasta el 4,4% en lo que queda de año y a mantenerlos algo por encima de este nivel (en el 4,6%) hasta 2023. El salto con respecto a la proyección de la Fed de junio es considerable: 100 puntos básicos más que en junio. Por lo tanto, la política futura parece más agresiva que antes. Y en general, esta reunión demuestra una vez más que la Fed está dispuesta a hacer lo necesario para controlar la inflación. Frenará la demanda manteniendo los tipos más altos durante más tiempo, incluso si esto significa que se pierden crecimiento y empleo. La opinión actual de los banqueros centrales sigue siendo que esto provocará una desaceleración, pero no una recesión. Estamos totalmente de acuerdo en que es necesaria una "medicina amarga" para recuperar la estabilidad de los precios. Pero tememos que sus efectos secundarios sean más duros de lo que la Fed proyecta actualmente. Además, la relajación de la postura restrictiva va a llevar mucho tiempo. Hasta 2024 la Fed no espera que se justifique una bajada de tipos.

Por su parte, Charles Diebel, director de Renta Fija de Mediolanum International Funds Limited, comenta que el FOMC se ha ceñido al guión esta noche, subiendo los tipos en 75 puntos básicos y confirmando su lucha constante por contener la inflación. El nivel máximo de los tipos de interés previsto se elevó al 4,6% antes de los previstos recortes graduales en 2024. En general, esto coincide con las expectativas del mercado, aunque la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento para los años 2023 y 2024 pone de manifiesto el coste de esta tendencia a controlar la inflación. Está claro que el FOMC va a continuar con las subidas hasta que la inflación se sitúe en una senda de bajada más clara y bien definida, pero en esencia, con todo lo dicho y hecho, es probable que ya estén "incluidas en el precio". Además, la magnitud de las nuevas subidas dependerá en gran medida de los datos sobre la inflación a corto plazo, pero si se mantiene la trayectoria actual, cabe esperar que el FOMC reduzca el ritmo de las subidas a medida que avance el año. Además, el hecho de que la tasa de interés terminal no parezca haber cambiado pone de manifiesto que se está avanzando hacia el final del ciclo actual.

Para Carlos del Campo, miembro del departamento de Inversiones de Diaphanum, el tono de la reunión volvió a ser hawkish y las curvas de deuda acentuaron su pendiente negativa, lo que históricamente está asociado a una recesión en los próximos 12 a 18 meses. La reacción de las bolsas fue negativa ante el riesgo de que la Fed sobreactúe mientras que el euro volvió a depreciarse, alejándose de los niveles de paridad y dificultando la relajación de la inflación de la UEM.

Cabe comentar que a escasos minutos de cerrar la jornada, el S&P 500 mostraba una corrección superior al 1,7%, mientras que el Nasdaq Composite y el Russell 2000 se dejaban 1,79% y 1,42% respectivamente, contagiando a Latinoamérica que tambien marcaba números rojos. Por su parte, los bonos a 10 años de EE.UU. tocaban el 3,53% y el índice dólar marcaba un nuevo máximo de dos décadas subiendo 1,1%, mientras que el euro (el mayor componente del índice) caía al mínimo de 20 años, tocando los 0,9810 euros-EBS o bien a 0,9837 dólares, 1,3% de caída.

Seguramente a medida que abran los mercados tendremos más comentarios de gestores y analistas, a las que habrá que estar atentos para poder determinar los potenciales cambios en las carteras y que los inversores minoristas sepan hacia donde se dirigen.  Todo apunta a que el dolar sigue siendo el Rey!!