En EE.UU., el índice de precios al consumo de enero subió más de lo esperado, ya que los elevados precios de la vivienda pesaron sobre los consumidores, con un incremento del 3,1%. Este dato ha sacudido las bolsas frente a las apuestas de que la Fed empezaría a recortar los tipos en mayo.

Pero lo cierto es que, a pesar de estos malos resultados, en Schroders creemos que tras alcanzar un máximo de alrededor del 9% en la segunda mitad de 2022, las tendencias desinflacionistas son claras y los bancos centrales ya no necesitan mantener los tipos de interés tan altos. 

La creencia de que la inflación ha sido controlada ha hecho que algunos mercados coticen cerca de sus máximos históricos. Y esto plantea una cuestión difícil a muchos inversores que pasaron a invertir más en efectivo en 2023, atraídos por los altos tipos ofrecidos: si los bancos centrales empiezan a recortar los tipos, ¿deberían tener miedo de invertir ese efectivo cuando el mercados está en máximos históricos?

El mercado bursátil estadounidense alcanzó su máximo histórico a mediados de diciembre de 2023 y ha seguido subiendo desde entonces. A finales de enero, estaba casi un 3% por encima del máximo anterior, lo que ha puesto nerviosos a muchos inversores ante la posibilidad de una caída.

Importancia de la psicología del inversor

En realidad, el mercado alcanza máximos históricos más a menudo de lo que se piensa. Según un estudio de Schroders, de los 1176 meses transcurridos desde enero de 1926, el mercado registró máximos históricos en 354 de ellos. Si realmente nos fijamos en los datos y en las veces que el S&P ha estado en un máximo histórico, ha ocurrido el 30% de las veces. Y en realidad, los resultados de la inversión no han sido malos si la compra se realizó durante un máximo histórico. Si miramos atrás, habríamos batido a la inflación en un 10,3% invirtiendo en máximos históricos, frente al 8,6% de otros periodos. Así que invertir cuando el mercado está en máximos no es necesariamente algo perjudicial.

En horizontes temporales largos, las diferencias de rentabilidad pueden acumularse y ganar peso. Si se hubieran invertido 100 dólares en el mercado de valores de EE.UU. en 1926 y hubieran permanecido intactos, ahora valdrían unos 85.000 dólares, según datos de Schroders.

En cambio, una estrategia que saliera del mercado y entrara en efectivo durante el mes siguiente cada vez que el mercado alcanzara un máximo histórico (y volviera a entrar cuando el mercado no estuviese en máximos) solo valdría 8.790 dólares, un 90% menos. . En conclusión, es normal sentir nerviosismo por el futuro cuando la bolsa está en máximos históricos, pero ceder a ese sentimiento habría sido muy perjudicial para las inversiones.

La batalla para vencer la inflación aún no está ganada

A pesar de que existen signos de que cada vez estamos más cerca del 2% marcado por el Banco Central Europeo, la realidad es que en el futuro vamos a ver más volatilidad. Esto se evidencia en nuestro análisis sobre el 3D Reset, que describe tres grandes fuerzas estructurales que creemos que van a configurar el panorama de inversión de los próximos años y que crearán más presión inflacionista en el futuro: la demografía, la desglobalización y la descarbonización.

El envejecimiento de la población genera escasez de mano de obra, lo que hace subir los salarios. Deslocalizar o redirigir las cadenas de suministro para aportar seguridad es costoso. Y sanear nuestro suministro y consumo de energía es caro a corto plazo.