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2021 está siendo un año movido para los mercados mundiales de renta fija, que podrían experimentar más volatilidad en los próximos meses. Dado el inusual entorno de mercado actual, con la inflación al alza y los rendimientos de los bonos a la baja, el responsable de renta fija de Newton, Paul Brain, anticipa nuevas turbulencias.
«Este año está siendo difícil y creemos que seguirá siendo bastante complicado para los mercados de renta fija. Aun así, las perspectivas a largo plazo son más favorables para los bonos y seguimos encontrando valor en la clase de activo».
Con respecto a otros periodos de volatilidad que ha vivido el mercado de bonos, Brain comenta que «históricamente, los mercados bajistas en renta fija no suelen durar mucho, aunque pueden ser muy duros, y sí que creo que la inflación se mantendrá por encima del 2% durante algún tiempo».
«Aun así, pensamos que podemos encontrar oportunidades en segmentos como el high yield y los inversores siempre pueden adoptar un enfoque global a la hora de acceder a los mercados. En algunos casos, las acciones de los bancos centrales pueden afectar de forma distinta a los activos de renta fija de diferentes mercados, creando oportunidades específicas en cada región».
Como recuerda el experto, la inversión en renta fija también resulta beneficiosa en momentos de estrés generalizado en el mercado, gracias a su correlación negativa con los activos de riesgo.

De forma más general, Brain cree que los mercados de bonos ofrecen un potencial inmenso en el ámbito de la inversión responsable y la implementación de iniciativas medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) en todo el mundo.

«Las emisiones de bonos y la inversión en renta fija están facilitando el abandono de modelos económicos intensivos en carbono al proporcionar capital para las empresas y los gobiernos que liderarán la transición económica y ecológica en el futuro. En nuestra opinión, los mercados de renta fija podrían convertirse en una de las principales fuentes de financiación para la inversión responsable».

Ganando terreno

Scott Freedman, analista y gestor de carteras en Newton, añade que, aunque la renta fija se había quedado rezagada con respecto a la renta variable en la implementación de estrategias de inversión responsable, está avanzando a pasos agigantados y, en el proceso, también está ayudando a reparar la reputación de un sector muy dañado por la crisis financiera mundial.
Freedman considera que tanto los bancos centrales como los inversores en renta fija pueden desempeñar una función cada vez más importante a la hora de dirigir capital hacia proyectos que respalden la transición del planeta hacia una economía baja en carbono y potencialmente más justa.
«La crisis financiera mundial dañó la reputación de muchas instituciones financieras. Sin embargo, la necesaria transformación del modelo económico está permitiendo que los bancos centrales y el mercado de renta fija puedan contribuir al bien de la sociedad».
«Los bancos centrales ya han puesto en marcha varios programas de estímulo de tamaño considerable, pero eso es solo el principio. En el futuro, estas instituciones inyectarán capital a través de los mercados privados, mientras que los mercados de capitales tendrán una influencia cada vez más positiva en la sociedad».
El gestor considera que los cambios regulatorios están siendo determinantes para promover la adopción generalizada de filosofías y estrategias de inversión responsable en muchos mercados desarrollados.
«Entre otras cosas, la nueva regulación ha fomentado que algunos programas de expansión cuantitativa (QE) pongan el énfasis en la sostenibilidad.

Con el tiempo, esta tendencia podría llegar a los mercados privados. En Estados Unidos, por ejemplo, si el deber fiduciario de los inversores profesionales abarcase de forma más específica los factores ESG, podríamos ver un crecimiento considerable, no solo de la emisión de bonos de temática sostenible sino, también, de la demanda de este tipo de productos», explica.

En cuanto a los mercados de bonos en general, Freedman señala que los emisores están alineando cada vez más sus estrategias con objetivos de sostenibilidad y que toman más medidas para asegurarse de que gestionan los factores ESG de forma adecuada.

Aunque algunos inversores dan por hecho que solo los accionistas pueden ejercer una influencia real en las empresas en las que invierten, Freedman subraya que los inversores en renta fija también pueden influir en el comportamiento corporativo.

Influencia corporativa

«Pese a que los tenedores de bonos no votan en las juntas de accionistas, tienen la opción de denegarle capital a las empresas. En este sentido, pueden tener una influencia determinante y propiciar tanto una mayor colaboración en el sector como cambios positivos en algunas áreas», añade.

Por eso, Freedman cree que, aunque los mercados de renta fija no están totalmente exentos del denominado «ecoblanqueamiento» (greenwashing) –cuando las empresas exageran sus credenciales en sostenibilidad o presentan pruebas engañosas sobre su compromiso con los factores ESG–un riguroso proceso de due diligence y un cuidadoso análisis podrían ayudar a los inversores a no caer en esa trampa.