La economía europea ha mostrado capacidad de resistencia a pesar de la guerra de Ucrania, la elevada inflación y la subida de los tipos de interés. Los consumidores han seguido gastando su dinero, los viajes y el turismo han repuntado y las compañías europeas se benefician del crecimiento moderado de las economías nacionales y de las oportunidades internacionales, entre las que se incluyen la reapertura de la economía china. 

De hecho, algunas de las multinacionales europeas de más éxito son muy hábiles a la hora de aprovechar fuentes de ingresos externas procedentes de Asia, América Latina o Estados Unidos. Por ejemplo, el fármaco para la pérdida de peso de Novo Nordisk, Wegovy, ha registrado una enorme demanda en todo el mundo, lo que ha hecho que la compañía danesa llegue casi a duplicar sus previsiones de ventas con respecto a 2019. 

En Europa, ciertas compañías pueden crecer incluso en entornos económicos complicados, señalando la importancia del análisis fundamental de enfoque bottom-up. En el sector de los artículos de lujo, muchas de las principales marcas se encuentran en Europa, pero sus clientes se reparten por todo el mundo. LVMH, el gigante francés del sector del lujo, registró en 2022 unos ingresos sin precedentes de 86.000 millones de dólares, gracias en su mayor parte a la fuerte demanda procedente de Estados Unidos y Japón. 

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Una de las razones por las que estas compañías tienen potencial para superar a sus rivales nacionales es que su competencia es internacional, lo que puede potenciar la innovación. Las competencias que desarrollan resultan muy difíciles de replicar.