Los mercados han recibido esta semana dos importantes datos acerca del estado de la economía en la Eurozona. En primer lugar, los informes Markit PMI -Índice de gestores de compras- de octubre mostraron que el crecimiento en el sector manufacturero y en el de servicios seguía deteriorándose. En segundo lugar, la encuesta sobre préstamos bancarios del BCE correspondiente al tercer trimestre puso de manifiesto una relajación del ritmo de endurecimiento de las condiciones financieras, que venimos observando desde hace algunos trimestres.

Lo que es más importante, se mantiene la tendencia hacia unas normas de préstamo más estrictas que en el trimestre anterior; sin embargo, parece que dicho endurecimiento está llegando a su fase final. Creemos que ambos indicadores apuntan en la misma dirección en lo que respecta a la política monetaria: es muy probable que el BCE esté dando por concluido su ciclo de subidas.

Tanto el PMI manufacturero como el de servicios se situaron por debajo de las previsiones; en 43,0 y 47,8 respectivamente, ambas cifras indican que la economía está sufriendo una contracción. Parece que el sector manufacturero puede estar encontrando un suelo en la zona baja de los 40 puntos. Aunque todavía es posible, observamos que el rebote del índice desde el mínimo de 42,7 registrado en julio parece estar invirtiéndose.

El detalle, sin embargo, nos da cierta esperanza, ya que señala que el componente de nuevos pedidos se mantuvo casi sin cambios respecto al anterior, mientras que los componentes de empleo y existencias de productos terminados fueron los principales responsables del descenso general. El sector servicios recuperó la mejora mostrada en septiembre, con el componente de empleo aún por encima de 50, mientras que el componente de nuevos negocios cayó por debajo de la marca de 46,0.

Encuesta sobre préstamos bancarios - BCE 

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En conclusión, el crecimiento en la Eurozona sigue siendo débil. Al mismo tiempo, la encuesta sobre Préstamos Bancarios (BLS) muestra que la mayoría de los indicadores han mejorado notablemente desde sus mínimos, y los bancos esperan que esto continúe en el cuarto trimestre. El BLS sólo existe desde 2003 y, por tanto, sólo ha experimentado un par de recesiones.

A pesar de ello, en circunstancias normales y reconociendo sus limitaciones debido a lo anterior, es un importante indicador adelantado del crecimiento. La evidencia podría estar sugiriendo que actualmente nos encontramos en, o cerca de, el peor momento de crecimiento de la Eurozona. Si este es el caso, estaríamos en una situación de aterrizaje suave, con un crecimiento muy por debajo de la tendencia, una leve recesión en algunos países, pero con un desempleo relativamente bajo. Se espera que las tasas de impago aumenten desde los niveles más bajos, pero es poco probable que se disparen de forma incontrolable en este escenario. Así lo confirman los resultados de los bancos, que no muestran grandes aumentos de la morosidad.

En este contexto, los activos de crédito que proporcionan un nivel atractivo de ingresos junto con una asignación a tipos que ofrezcan protección en un caso no base de un aterrizaje más duro, parecen ser una buena manera de bloquear estos atractivos rendimientos.