Como un ente que ocupa más del 70% de la superficie terrestre, sorprende saber que se ha cartografiado más superficie lunar que el fondo del océano. Sin embargo, a medida que se acerca el Día Mundial de los Océanos (8 de junio), aumenta la conciencia del papel crucial que desempeña el océano en nuestras vidas. Hasta el 80% del oxígeno que respiramos es producido por esta vasta masa de agua y más del 90% del exceso de calor causado por las emisiones de gases de efecto invernadero ha sido absorbido por ella. 

La UNESCO, convencida de que los enormes beneficios económicos de los océanos del mundo están completamente infravalorados y de que los inversores no entienden lo suficiente las amenazas que pesan sobre este inmenso recurso natural, ha desarrollado un curso de "alfabetización oceánica" dirigido específicamente al sector financiero. El objetivo de desarrollo sostenible de la ONU para la vida bajo el agua también está lamentablemente infrafinanciado, ya que sólo recibe el 0,01% de toda la financiación de los ODS. Por tanto, la misión de alfabetización de la UNESCO es urgentemente necesaria y abrdn ha estado trabajando con la institución para desarrollarla. 

En primer lugar, es importante comprender el enorme valor económico del océano. Según el  Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)  si el océano fuera un país, esta nación sería la séptima economía del mundo. El valor de la pesca, las rutas marítimas, el turismo costero, el transporte, los productos marinos para la industria farmacéutica y los muchos otros beneficios y productos del océano tienen un valor estimado de 24 billones de dólares, con un valor anual en productos de 2,5 billones de dólares. 

Teniendo en cuenta que tantas empresas e industrias dependen del océano, es necesario tomarse mucho más en serio las amenazas de la contaminación, el cambio climático, la subida del nivel del mar, el desarrollo de infraestructuras perjudiciales y las malas prácticas industriales. Como inversores, es nuestro deber entender las amenazas y trabajar de forma activa con las empresas en las que invertimos, para que podamos avanzar hacia formas más sostenibles de utilizar este recurso. Los inversores de empresas tan diversas como las cadenas hoteleras, los buques de transporte, las vacunas, las piscifactorías, los productos de belleza y las empresas de viajes, deben tener en cuenta lo mucho que puede estar en juego si no se tiene en cuenta la salud y la sostenibilidad de los océanos. 

Pesca 

En todo el mundo, tres mil millones de personas obtienen más del 20% de sus proteínas gracias al pescado, y se espera que la población aumente en dos mil millones en los próximos 30 años. En algunos de los países más pobres, el pescado proporciona más del 50% de la ingesta de proteínas de la población, por lo que las prácticas pesqueras sostenibles son esenciales. Sin embargo, la productividad pesquera está disminuyendo en todo el mundo debido a la sobrepesca, a los efectos nocivos del cambio climático, a la contaminación por las malas prácticas de la industria y a las infraestructuras costeras que dañan los hábitats locales. 

Se calcula que el 50% del pescado destinado al consumo humano procede de la acuicultura. Se trata de una industria muy vulnerable y a menudo responsable de la contaminación, la mala calidad del agua y la propagación de enfermedades. Nos gustaría que toda la cadena de suministro de la acuicultura colaborara para garantizar la sostenibilidad de las prácticas.  

Turismo

Más de 2.000 millones de personas viven en un radio de 100 km de la costa. Muchas de estas comunidades dependen del océano para obtener ingresos en sectores como la pesca, el turismo o la alimentación, por lo que están expuestas a la subida del nivel del mar, que daña las propiedades costeras, y a los efectos de la mala salud del océano, como la acidificación, que puede devastar la pesca y el turismo.

Precisamente, el turismo, que suele basarse en las zonas costeras, contribuye en un 10% al PIB mundial, por lo que si está mal gestionado y las prácticas medioambientales no son sostenibles, tendrá un impacto muy perjudicial en la economía mundial. 

Transporte

Alrededor del 80-90% de las mercancías del mundo se transportan por vía marítima y se prevé que el volumen de este comercio se duplique para 2030 y se cuadruplique para 2050. Pero los enormes buques portacontenedores son grandes productores de gases de efecto invernadero y de contaminación del aire y del agua. Para estar preparado para el futuro, el sector del transporte marítimo debe mejorar su impacto ambiental. 

Farmacéuticas

El océano tiene un papel crucial en la industria cosmética y farmacéutica. Las algas marinas se utilizan ampliamente en los productos cosméticos. La escualina, procedente del hígado de los tiburones, se utiliza en las vacunas COVID-19, ya que potencia la respuesta del sistema inmunitario. La posibilidad de utilizar estos valiosos recursos naturales a largo plazo depende de la conservación cuidadosa de los tiburones y de toda la vida marina. 

De cara al futuro

Todo el mundo se puede beneficiar de unos océanos saludables. La mejor forma de mejorar su salud futura y su vida marina es comprender mucho mejor su importancia y las amenazas únicas a las que se enfrentan. 

Al aprender sobre los océanos, los inversores pueden identificar mejor tanto los riesgos relacionados con los océanos como las numerosas y apasionantes oportunidades que se pueden encontrar en ellos. También podremos relacionarnos con mucho más conocimiento de causa con el enorme número de empresas e industrias que tienen al océano como su esencia.