La mayor cumbre sobre biodiversidad de la historia ha logrado un nuevo acuerdo para la naturaleza y varios miembros de Schroders fuimos testigos.

Los titulares que hemos visto tras la COP15 sintetizan las principales conclusiones de la cumbre, pero sentados en las oscuras salas de conferencias y paseando por los stands de los asistentes, la sensación era diferente.

El resultado de la COP15 debería hacer que los reguladores financieros se sentasen y escuchasen. El acuerdo global para la naturaleza es una señal que la comunidad financiera no puede ignorar. Pero, para ser sincero, el texto acordado no es lo más importante ni lo único que me llevo. 

El compromiso "30 para 30" es el pilar central de este acuerdo. Describe el compromiso de los países de proteger el 30% de la tierra y el agua para 2030. Algunos líderes mundiales han calificado el acuerdo de "momento París" para la biodiversidad, lo que implica un nuevo nivel de ambición. Sin duda, los negociadores han conseguido un acuerdo sólido que debería mantener el impulso en este ámbito. En los últimos años ya se ha prestado una gran atención social y política a este tema. Pero mi opinión es que el mensaje más importante estaba en el propio acontecimiento. Cerca de 25.000 personas acudieron a Montreal para debatir sobre biodiversidad y presionar para que se tomen medidas. Puede que sean menos de las que asistieron a la COP27 de Sharm El-Sheikh este año, centrada en el clima, pero es la conferencia sobre biodiversidad con mayor asistencia de la historia, y por un amplio margen.

La COP15 parecía dos conferencias en un mismo edificio. Una era la de los delegados políticos, que debatían la redacción de un borrador. En la otra, grupos de ciudadanos, países y empresas discutían sus objetivos y los progresos realizados. 

COP15: nuestras principales conclusiones

1. El cambio puede llevarse a cabo desde abajo en lugar de desde arriba

Nos hemos acostumbrado al principio de que "el cambio empieza desde arriba", de modo que un acuerdo mundial inspira las políticas regionales y nacionales, que impulsan el cambio empresarial y el interés de los inversores.

En las últimas conferencias sobre el clima, el panorama inverso -de mayor ambición de la sociedad civil y el sector privado que por parte de los líderes mundiales- parece reproducirse en la biodiversidad.  La representación empresarial en Montreal fue amplia y elocuente a la hora de reclamar una política más clara y una mayor transparencia. La UE, por ejemplo, ha ido mucho más lejos que cualquier acuerdo mundial con su normativa sobre cadenas de suministro libres de deforestación.

Más de 300 empresas de todo el mundo -incluida Schroders-, con más de 1,5 billones de dólares de ingresos combinados, apoyaron la campaña Make it Mandatory, que pide que la información sobre biodiversidad sea un requisito. Más de 100 instituciones financieras -incluida Schroders- que representan 19 billones de dólares en activos se han unido al compromiso de Finance for Biodiversity.

2. Una acción más clara sobre biodiversidad necesitará más especificidad

Se habló mucho de "naturaleza positiva", o de "medidas urgentes para atajar la crisis de la biodiversidad", que carecen de la claridad de acción que conlleva "reducir las emisiones de carbono".

Naturaleza y biodiversidad es un término que engloba una amplia gama de bienes y beneficios naturales, muchos de los cuales se están agotando rápidamente y cada uno de los cuales requiere un plan de acción específico (por ejemplo, eliminar la deforestación provocada por la obtención de materias primas, algo a lo que nos hemos comprometido en nuestra empresa). En el futuro, el debate sobre la biodiversidad tendrá que centrarse en aspectos concretos del reto, al tiempo que aportará una medición y cuantificación más claras de los resultados de las distintas empresas, países o carteras.

3. El valor de los acuerdos mundiales reside en la acción que conlleven

En retrospectiva, el Acuerdo de París marcó un punto de inflexión porque impulsó a los gobiernos nacionales a tomar medidas. En primer lugar, no se trataba tanto de la redacción del acuerdo en sí. En el momento de su firma, apenas un puñado de países se habían comprometido a alcanzar las emisiones netas cero. Desde entonces, la acción nacional se ha multiplicado, hasta el punto de que el 85-90% de la producción económica mundial procede de países que han asumido ese compromiso.

En los próximos años se verá si este acuerdo sobre biodiversidad alcanzado en la COP15 tiene el mismo impacto.  Sin embargo, la necesidad de actuar con urgencia se comprende mejor que en el caso de la lucha por el clima hace una década o más, y las iniciativas y políticas climáticas han trazado un camino para la acción que esta vez debería ayudar a acelerar los avances. 

COP15: en pocas palabras

Una de las implicaciones más directas para nuestro negocio es el Grupo de Trabajo para la Divulgación de Información Relacionada con la Naturaleza (TNFD). Se ha hablado de él en todas partes y se considera una extensión obvia del Grupo de trabajo sobre divulgación de información financiera relacionada con el clima, el equivalente climático que se ha abierto camino en los planes de los reguladores de todo el mundo. 

He dicho muchas veces que el riesgo para la naturaleza es un factor integral del riesgo y la rentabilidad de las inversiones, y que hay una clara oportunidad en alinear los flujos financieros hacia objetivos positivos para la naturaleza.

Parece muy probable que las empresas, incluida la nuestra, tengan que planificar la divulgación de información relacionada con la naturaleza en los próximos años.

Esto es algo que consideramos fundamental y que impulsará un cambio real. En este sentido, nuestro Plan para la Naturaleza, publicado en noviembre, es una declaración de intenciones para acelerar un futuro positivo para la naturaleza. Nuestro objetivo es cumplirlo.

También me llamó la atención en los debates y paneles a los que asistí que el trabajo que hemos hecho para evaluar los riesgos relacionados con el clima y el trabajo en curso para reforzar ese análisis, el compromiso que hemos hecho con las empresas sobre el tema y nuestra inversión en capital natural, ya nos sitúan en un buen lugar para actuar en el futuro. El capital natural desempeña un papel vital en nuestra economía y nuestra sociedad. Todas las economías e industrias dependen directa o indirectamente de la naturaleza y sus servicios. Ninguna empresa puede permitirse ignorar su valor.