Tras unos años complicados, Asia parece estar bien situada para aprovechar las actuales tendencias económicas y temáticas mundiales.

El considerable aumento de la deuda, la elevada inflación y unos tipos de interés mucho más altos pueden poner fin al periodo de predominio relativo de las economías occidentales. Al mismo tiempo, Asia destaca por su importancia para el crecimiento mundial, con varios motores temáticos. Entre ellos, su dominio de la cadena de valor de la tecnología y el impulso hacia la descarbonización.

Cambio de paradigma en los tipos de interés mundiales

Durante el periodo que siguió a la crisis financiera mundial de 2008, los bajísimos tipos de interés que prevalecieron en las principales economías occidentales ayudaron a la renta variable de los mercados desarrollados a superar el rendimiento de sus homólogos asiáticos. Las empresas de las economías occidentales pudieron obtener préstamos baratos y recurrir al apalancamiento para financiar los beneficios de sus accionistas. El pronunciado aumento de la inflación el año pasado y el consiguiente ritmo sin precedentes de endurecimiento monetario pusieron fin a este último ciclo de beneficios. Ahora que la deuda es mucho más cara, los beneficios de los mercados desarrollados están bajo presión y las empresas se ven obligadas a desapalancarse y recortar costes.

Mientras tanto, los elevados niveles de deuda de los gobiernos occidentales significan que los bancos centrales, como la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo, pueden verse ahora más limitados en su capacidad de subir los tipos lo suficiente como para controlar la inflación.

Los mercados asiáticos, mejor posicionados

En la actualidad, la situación de riesgo en Asia parece mucho más favorable, lo que podría apoyar el rendimiento relativo en los próximos años. Por lo general, las empresas asiáticas se han mostrado mucho más prudentes a la hora de recurrir al apalancamiento para aumentar la rentabilidad. Como resultado, los balances están mucho menos tensos y, por tanto, son menos vulnerables al nuevo entorno de tipos de interés crecientes.

Del mismo modo, desde la crisis financiera asiática, los gobiernos asiáticos han sido en general mucho más prudentes a la hora de crear desequilibrios y endeudarse demasiado. Aunque esto no hace que la región sea inmune a las preocupaciones más generales sobre el sistema financiero mundial, sí sugiere cierto grado de protección.

La importancia de Asia para el crecimiento mundial

No se puede subestimar la creciente importancia de Asia como motor del crecimiento mundial. Según nuestro abrdn Research Institute, en 2050 cuatro de las siete mayores economías mundiales serán asiáticas (1)

Incluso a corto plazo, el FMI prevé que más de dos tercios del crecimiento mundial en 2023 procederán de Asia. Dentro de este grupo (como se muestra a continuación), los dos contribuyentes más destacados serán China e India, que se prevé que juntos representen más de la mitad del crecimiento mundial en 2023 (2), aunque la contribución de China se verá aumentada por el impacto positivo en el crecimiento de su reciente reapertura.

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Muchos de los principales motores a largo plazo del crecimiento asiático, como el aumento de los ingresos y el gran tamaño de la población, se conocen bien desde hace tiempo. Sin embargo, otro elemento que consideramos especialmente relevante desde el punto de vista de la inversión es la importancia de la región para algunos de los motores temáticos clave del crecimiento mundial ampliamente reconocidos. Dos ejemplos notables son la creciente importancia de la región en la cadena de valor de la tecnología y el impulso mundial a la descarbonización.

La importancia de Asia para la descarbonización global

Uno de los temas globales más importantes, tanto en la actualidad como en las próximas décadas, es el impulso global hacia la descarbonización. China, quizás más que ningún otro país, está a la cabeza en este frente, impulsada por su compromiso de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060. En los últimos años, el país ha aumentado considerablemente la proporción de energía procedente de fuentes renovables. De hecho, las fuentes de energía renovables, incluida la nuclear, superaron el 50% de la capacidad energética instalada en China en el primer trimestre de 2023, superando por primera vez en la historia a la capacidad basada en combustibles fósiles (3).

Una consecuencia notable del impulso medioambiental de China ha sido su creciente importancia, y en algunos casos dominio, en la producción de elementos de infraestructura esenciales que permiten la descarbonización. Por ejemplo, China ya representa el 80% de la producción mundial de módulos solares de silicona y el 88% de la producción mundial de baterías de iones de litio.

La centralidad de Asia en la cadena de valor tecnológica mundial

Probablemente, la parte de la economía mundial que más valor añadido aporta en la actualidad es el sector tecnológico, otro ámbito en el que Asia ha emergido realmente en los últimos años como líder mundial. A menudo se presta mucha atención al ascenso de China. Sin embargo, aunque China es sin duda un actor cada vez más importante, otros países asiáticos también ocupan posiciones críticas en la cadena mundial de suministro tecnológico, siendo dos de los ejemplos más notables Corea del Sur y Taiwán.

De hecho, en la producción de semiconductores, que es posiblemente la parte más importante de la cadena de valor de la tecnología mundial, Taiwán y Corea del Sur tienen la mayor parte de la capacidad de producción mundial, seguidos de Japón y China (4).

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Poniendo todo en su sitio

Con el cambio mundial a un paradigma de "nueva normalidad" de inflación elevada y tipos de interés más altos, la situación crediticia tanto de los países como de las empresas cobrará mayor importancia en los próximos años. En este sentido, Asia parece relativamente bien posicionada en comparación con otras regiones del mundo. Al mismo tiempo, las mejores perspectivas de crecimiento a largo plazo de Asia sugieren que su contribución al crecimiento mundial seguirá aumentando. Entre los factores clave que apoyarán el crecimiento asiático en los próximos años se encuentra el papel central de la región en la cadena de valor de la tecnología mundial y como impulsor de la campaña mundial de descarbonización.