El futuro de la alimentación y la agricultura se ha convertido en un tema de actualidad en Asia, donde la cuestión de cómo alimentar a una población creciente se vuelve más importante cada año que pasa.

Se prevé que la población de la región pase de 4.700 millones de habitantes a un máximo de 5.300 millones en 2055, y que luego tarde otros 50 años en volver a los niveles actuales. El consumo de carne aumenta a medida que los ciudadanos se hacen más ricos, pero la producción agrícola lo hace de forma más lenta y es posible que no pueda seguir el ritmo.

En 2021, 1.100 millones de personas en Asia no estaban bien alimentadas, ya que la inflación de los alimentos se acercó a máximos históricos. En India y Pakistán, se calcula que entre el 15 y el 25% de la población está desnutrida y es probable que el cambio climático empeore esta situación. No hay una sola respuesta a este desafío: alimentar a una región en crecimiento significa abordar la forma en que se consumen las proteínas, mejorar la agricultura para aumentar el rendimiento y reducir el desperdicio de alimentos.

Una de las soluciones consiste en crear carne y sustitutos de la carne cultivados en laboratorio, incluidas las proteínas de origen vegetal. En todo el mundo, la financiación de este tipo de "tecnología alimentaria" se ha disparado, con empresas como Eat Just, Impossible Burger y Shiok Meats que ofrecen la esperanza de que los alimentos cultivados en laboratorio alimenten a la gente al tiempo que reducen el uso de la tierra y el consumo de agua, además de aumentar el contenido nutricional de los alimentos y, con suerte, también su sabor.

En Singapur se están investigando muchas alternativas de "tecnología alimentaria", ya que la ciudad-estado tiene muy poca tierra disponible para la agricultura y actualmente importa el 90% de sus alimentos, pero pretende aumentar su nivel de autosuficiencia, con una estrategia "30by30" dirigida por el gobierno, que pretende que el 30% de los alimentos del país sean cultivados en casa en 2030. Por ello, los sistemas de cultivo en la ciudad -agricultura vertical y en azoteas- y las proteínas sintéticas pueden desempeñar un papel importante en el futuro. Singapur ha aprobado la comercialización de pollos cultivados en laboratorio, cuya masa muscular se obtiene a partir de un huevo, una pluma o una biopsia. En Singapur ya se puede comprar pollo de comida rápida cultivado en un biorreactor.

Hay muchos desarrollos en marcha, con solicitudes de propiedad intelectual para la carne de origen vegetal, junto con empresas que desarrollan sistemas de cultivo vertical, alternativas biológicas a los pesticidas, la modificación genética de las semillas y la automatización de las explotaciones.  Gran parte del trabajo que se está realizando en este ámbito se encuentra en una fase inicial, por lo que es más apropiado para las inversiones privadas de capital riesgo que para los mercados públicos de valores. Muchos de los productos cárnicos alternativos son sostenibles, pero aún no pueden producirse a gran escala o a un precio que resulte cómodo para el consumidor. Sin embargo, se trata de un espacio apasionante y seguimos de cerca su evolución. En la actualidad, la mayoría de las empresas que se dedican a ello tienen su sede en EE.UU., pero no cabe duda de la magnitud del mercado y la oportunidad de los productos en Asia.

Aunque muchos de estos proyectos son nuevos, hay algunos ejemplos establecidos, como una empresa de lácteos alternativos con una larga historia. El productor de leche de soja Vitasoy comenzó en Hong Kong en 1940, cuando el Doctor Lo Kwee-seong quiso ayudar a los refugiados chinos desnutridos e intolerantes a la lactosa. Los alimentos a base de soja tienen una larga tradición en China, donde se les conoce como "la carne sin huesos", por lo que el paso a las alternativas vegetales y a la carne cultivada en laboratorio puede ser más aceptado.

Al margen de las alternativas cárnicas, un gran tema de la agricultura en Europa y Estados Unidos, que acabará llegando a Asia, es la agricultura de precisión, con tractores y maquinaria agrícola "inteligentes" de alta tecnología, que pueden actuar con información procedente de satélites. Pero aunque esto sea prometedor, para la mayoría de los países asiáticos lo que se necesita ahora no es alta tecnología, sino una inversión que permita a la agricultura alimentar a una región en crecimiento. Todavía hay una gran necesidad de mejorar el equipamiento, la irrigación, las técnicas agrícolas, la calidad de las semillas y los fertilizantes y la solidez de las cadenas de suministro.

Una vez cultivados los alimentos (o creados en el laboratorio), otra gran tendencia es la distribución a los clientes. Los servicios de entrega se han convertido en un gran negocio en China, donde la gente quiere la comodidad moderna y los bloqueos derivados del Covid han hecho que la población tenga que quedarse en casa en lugar de salir a comer o comprar. Las empresas que dominan este mercado tan competitivo son Meituan Dianping y Ele.me.

Teniendo en cuenta que se calcula que un tercio de los alimentos se tiran en el mundo, también hay que mencionar los avances en torno a los mejores métodos de almacenamiento y conservación de alimentos. Las empresas con métodos mejorados de procesamiento, congelación y pasteurización tienen un papel que desempeñar en este sentido.

Los grandes problemas, como la alimentación de la futura población de Asia, requerirán soluciones de envergardura, por lo que se trata de un espacio muy interesante e innovador que habrá que observar a medida que se desarrollen las oportunidades de inversión.