Según el equipo de Inversión Sostenible (IS) de Wellington, los inversores deberían tomar nota de la importancia financiera de cómo se acelera la degradación medioambiental y la pérdida de biodiversidad. El deterioro de esta última también está estrechamente relacionado con el cambio climático, lo que aumenta los riesgos que ambos representan para las economías y las empresas.

Creciente impulso a la acción 

Resulta alentador que los gobiernos y los organismos reguladores estén empezando a actuar. Observamos un creciente impulso normativo a nivel nacional y regional -en particular, el compromiso de la Administración estadounidense de conservar el 30% de sus tierras y aguas para 2030 en el marco de la iniciativa "America the Beautiful"-, pero también el Pacto Verde de la Unión Europea (UE). Cerca de 200 gobiernos también se comprometieron con el histórico Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal (GBF), que pretende conservar el 30% de las zonas terrestres y acuáticas del planeta y cumplir 23 objetivos relacionados con la biodiversidad para 2030. Paralelamente, iniciativas del sector como la Taskforce on Nature-related Financial Disclosures -en la que participa Wellingon Management- tratan de fomentar el desarrollo de marcos y conjuntos de datos para ayudar a los inversores a integrar la biodiversidad en su proceso de inversión.

Mientras tanto, creemos que los riesgos para la estabilidad económica y el valor de los activos financieros son tales que los inversores deben profundizar sus conocimientos sobre este complejo tema y explorar potenciales oportunidades de inversión en sectores clave.  

Teniendo esto en cuenta, compartimos los resultados del  análisis realizado junto con el Woodwell Climate Research Center sobre la relación fundamental entre los sistemas alimentarios y la biodiversidad. También identificamos temas clave y posibles oportunidades de inversión que vemos surgir en la innovación de la biodiversidad.

El papel central de los sistemas alimentarios en la pérdida de biodiversidad 

La recolección, producción, distribución y consumo de alimentos tiene amplias repercusiones. Según la Fundación Mundial para la Naturaleza (WWF), los sistemas industriales utilizados para alimentar a la humanidad causan:

  • el 80% de la pérdida de deforestación y degradación del hábitat.
  • el 70% de la pérdida de biodiversidad terrestre.
  • el 50% de la pérdida de biodiversidad de agua dulce.
  • 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Apoyar sistemas alimentarios más sostenibles y aumentar la resiliencia a largo plazo del suministro de alimentos son parte integrante del GBF Kunming-Montreal, pero también de diversos esfuerzos normativos nacionales o regionales como la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU., la Ley Agrícola de EE.UU. de 2023 y el Green Deal de la UE.

Áreas potenciales de inversión 

Con el tiempo, esperamos que el impulso combinado de estas iniciativas normativas y la creciente demanda de los consumidores se traduzca en una amplia gama de enfoques aptos para la inversión, pero, por el momento, muchas de estas oportunidades son aún incipientes. Sin embargo, estamos empezando a ver cómo surgen opciones atractivas en el mercado privado para los inversores con los conocimientos especializados necesarios. Además, en colaboración con nuestros analistas del sector a escala mundial, hemos identificado empresas cotizadas con una ventaja competitiva innovadora en estos cuatro ámbitos:

1. Agricultura sostenible 

Existe una estrecha relación entre la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Los suelos de la Tierra almacenan tres veces más carbono que la atmósfera y cuatro veces más que todas las plantas y animales vivos. Desde que aproximadamente el 50% de la tierra que puede albergar vida vegetal en la Tierra se ha convertido a la agricultura, el suelo ha perdido entre el 50% y el 70% del carbono que antes contenía. La pérdida de carbono del suelo ha contribuido aproximadamente al 25% de todas las emisiones globales causadas por el hombre. 

Además, la mayor frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos causados por el cambio climático está empezando a afectar a la productividad de regiones agrícolas clave. Gracias a nuestra herramienta patentada de aplicación del riesgo de exposición climática, hemos detectado un mayor riesgo de pérdida de rendimiento en los graneros del sur de Asia (cultivos de arroz) y de Estados Unidos (cultivos de trigo).

Ambos avances apuntan a la urgente necesidad de innovación tecnológica en la agricultura. 

  • La "agricultura inteligente", en nuestra opinión, es clave para recuperar la biodiversidad perdida y el carbono del suelo, lo que a su vez contribuye a mitigar el cambio climático. Prácticas como la no labranza, la rotación de cultivos, el pastoreo rotativo y los cultivos de cobertura son herramientas para restaurar el carbono del suelo. Ya estamos viendo cómo algunos proveedores agrícolas desarrollan herramientas innovadoras de gestión del suelo para apoyar una agricultura más inteligente.  
  • La "agricultura de precisión" utiliza la tecnología para permitir una siembra más eficiente y reducir el uso de agua, fertilizantes y pesticidas. Muchas de las empresas pioneras en este campo son de microcapitalización (menos de 100 millones de dólares de capitalización bursátil) o aún se encuentran en la fase de capital riesgo, pero los grandes actores de los sectores agrícolas más amplios también están haciendo importantes contribuciones en este campo. Esto incluye el desarrollo de equipos de herramientas de cosecha más eficientes que pueden ayudar a mitigar el riesgo creciente de pérdidas de rendimiento.

2. Productos químicos para cultivos 

Los productos químicos para la protección de cultivos son vitales para los sistemas mundiales de producción de alimentos. Sin embargo, el uso excesivo y generalizado de estos productos químicos para proteger los rendimientos ha provocado una disminución de la biodiversidad del suelo. Por ejemplo, su uso excesivo puede acelerar la acidificación del suelo y la creación de costras en él, lo que, entre otras cosas, reduce el contenido de materia orgánica y, por consiguiente, libera gases de efecto invernadero. A su vez, la disminución de la biodiversidad del suelo se traduce en un menor rendimiento y una mayor vulnerabilidad de las plantas a las plagas, lo que requiere más productos químicos para los cultivos. Este ciclo adverso ha contribuido a un aumento del uso de pesticidas de alrededor del 80% desde 1990. Para que los inversores comprendan el potencial de las soluciones, creemos que es útil considerar cómo y qué protege a los cultivos.

  • La "pulverización de precisión", junto con la supervisión de la salud de las plantas y el suelo, puede ayudar a mejorar el cuidado de los cultivos, frenando el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes. Varias empresas de primera línea están realizando notables avances en este campo.
  • Los "sustitutos orgánicos de los fertilizantes" pueden reducir los importantes inconvenientes de los principales productos químicos fitosanitarios, que no han evolucionado sustancialmente desde los años noventa. Prevemos un importante crecimiento a largo plazo para las empresas con sólidos proyectos de biomoléculas.

3. Pérdida y desperdicio de alimentos 

Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es imperativo para disminuir el impacto del cambio climático sobre la biodiversidad, satisfacer las necesidades nutricionales de una población mundial -que según las previsiones de las Naciones Unidas alcanzará casi los 10.000 millones en 2050- y hacer frente al creciente riesgo de malas cosechas en los principales graneros del mundo. La pérdida de alimentos se refiere a la disminución en cantidad o calidad de los alimentos destinados al consumo humano durante las etapas de producción y distribución, mientras que el desperdicio se refiere al descarte de alimentos apropiados para el consumo humano en la cadena de valor alimentaria. Existe una relación inversa, relacionada con el desarrollo económico, entre la pérdida de alimentos (debida a la disponibilidad de sistemas de refrigeración) y el desperdicio de alimentos (desechados por los consumidores). Los mercados desarrollados tienden a tener un menor índice de pérdidas debido a la mejora de los sistemas de refrigeración, pero también tienen pautas de consumo más derrochadoras. Sin embargo, la proporción del total de alimentos disponibles que se pierde o desperdicia a lo largo de toda la cadena de producción y suministro es relativamente constante en todo el mundo y se calcula que oscila entre el 30% y el 35%.

  • La gestión de residuos ofrece grandes posibilidades a los proveedores especializados para innovar en la recogida y el tratamiento de residuos a lo largo de toda la cadena alimentaria. Nos centramos especialmente en los nuevos avances en los sectores del consumo y la distribución, dado su enorme impacto en la pérdida de alimentos y la generación de residuos.
  • La conversión de residuos en energía es otro ámbito en el que vemos un importante margen de crecimiento a medida que los transformadores de residuos en energía empiecen a ampliar sus operaciones.
  • El almacenamiento y la refrigeración de alimentos pueden experimentar avances significativos con el tiempo, a medida que proveedores y operadores se adapten a las cambiantes condiciones climáticas y al aumento de la demanda en la mayoría de las economías emergentes de rápido desarrollo.

4. Adaptación a la escasez de agua 

El agua es la savia de la agricultura, pero el cambio climático y el deterioro de los ecosistemas acuáticos están provocando una creciente escasez de agua. Nuestra investigación sugiere que las empresas que se dedican a desarrollar soluciones para ayudar a los productores de alimentos a gestionar tanto la calidad del agua como la mayor volatilidad en la disponibilidad de los recursos hídricos probablemente se beneficiarán de la creciente demanda. Y lo que es más importante, nuestro trabajo también sugiere que el precio del agua (normalmente cuantificado por litro o galón) en muchas regiones es demasiado bajo teniendo en cuenta los posibles impactos negativos futuros del cambio climático. De hecho, es justo decir que en algunas zonas el consumidor medio desconoce en gran medida el precio, y las empresas rara vez o nunca lo revelan como parte de sus costes de insumos brutos. Ambas observaciones implican que en esos mercados la tarificación precisa del uso del agua sigue siendo en cierto modo "una idea de última hora", ya que se asume que el agua es prácticamente "gratis".

Dado el impacto potencialmente adverso del cambio climático, esperamos que surja una mayor urgencia en las prácticas de biodiversidad en torno a la gestión del agua.

Papel clave del compromiso 

Como equipo, consideramos que el compromiso es una herramienta valiosa para que los inversores evalúen la resistencia de las empresas y los emisores al creciente impacto de la pérdida de biodiversidad y la degradación medioambiental. Creemos que las empresas implicadas en los sistemas alimentarios, especialmente en las cuatro áreas mencionadas, ofrecen un buen punto de partida para un diálogo sobre cómo las empresas y los emisores responden a los principales riesgos y oportunidades asociados a la pérdida de biodiversidad.