El mercado ha especulado con que el conflicto entre Rusia y Ucrania podría frenar el ajuste de la política monetaria del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) en los próximos meses. 

De hecho, las expectativas para la reunión de marzo del FOMC se redujeron significativamente, pasando de valorar un movimiento al alza en los tipos de interés de casi el 0,5% la posibilidad de que suba un 0,25% sea del 90%. 

Durante su comparecencia semestral ante el Congreso, el 2 de marzo, el presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, reconoció la incertidumbre derivada de esta crisis, pero su discurso mantuvo el tono hawkish. Señaló que la Fed seguía en disposición de subir los tipos de interés en un 0,25% en marzo y que un movimiento del 0,5% sería una opción en las próximas reuniones si la inflación sigue siendo elevada. Esta postura refleja la incómoda posición en la que se encuentra el banco central, con una inflación muy por encima del objetivo y nuevas presiones sobre los precios de las materias primas tras la invasión rusa de Ucrania.

En abrdn siguen pensando que la Fed subirá los tipos un 0,25% en cada reunión de este año, lo que supondrá un endurecimiento total del 1,75%, aunque no se pueden descartar movimientos mayores. Esperamos tres subidas más de los tipos de interés en 2023, a medida que continúe el cambio de una política acomodaticia a una restrictiva. Esto debería contribuir a frenar la inflación a través de una marcada desaceleración de la economía.

También escuchan al presidente Joe Biden en su discurso sobre el estado de la Unión del 1 de marzo. Gran parte del debate se centró, naturalmente, en Rusia, con insinuaciones de que podría haber más sanciones en camino, ya que Estados Unidos sigue empleando sus herramientas económicas para luchar contra Rusia. Aunque el Presidente se mostró firme en que Estados Unidos no se involucraría en un conflicto militar, incluyendo la implementación de una zona de exclusión aérea.

Durante el discurso, el presidente Biden también trató de promover su agenda legislativa, centrándose en los elementos individuales del proyecto de ley Build Back Better que no ha podido aprobar. Nuestras previsiones sobre lo que pueden hacer los demócratas se han reducido notablemente, y el riesgo de que no se haga nada es significativo.

Mucho dependerá del senador Manchin, que ha esbozado algunos de los detalles de un paquete más pequeño. Este plan se centraba en una reforma fiscal y en el ahorro de medicamentos con receta, y los ingresos se destinarían a la reducción del déficit y al gasto en programas relacionados con el clima. Habrá que ver si esto puede constituir la base de un programa que la estrecha mayoría del Senado pueda respaldar.

Por su parte, el Banco de Canadá ha iniciado su ciclo de endurecimiento monetario, subiendo los tipos de interés un 0,25%, hasta el 0,5%, y señalando que probablemente se produzcan una serie de nuevos incrementos. El banco también señaló la incertidumbre en torno a la crisis entre Rusia y Ucrania, pero se mostró más preocupado por la perspectiva de una mayor inflación de los precios de las materias primas en los próximos meses.

Esto representa otro ejemplo de que los bancos centrales que se enfrentan al mayor desequilibrio entre la oferta y la demanda -y a agudas presiones inflacionistas- mantienen sus planes de normalización frente a las tensiones geopolíticas. No se anunció la reducción del balance, que probablemente se producirá a finales de este año, al igual que la Fed.