La encuesta de gestores de inversión de Bank of America Merryll Lynch muestra el sentimiento de los inversores en niveles extremadamente bajistas con asignaciones muy altas de efectivo, lo que suele ser una señal segura de que el mercado se ha vuelto demasiado bajista y que finalmente nos espera un repunte a la baja. El sentimiento o posicionamiento está ahí latente, pero tal vez no el impulso, que tiende a sugerir que lo peor puede estar por llegar.

La pregunta es qué decidirán los inversores en esta próxima fase del mercado. Seguramente alguna tecnológica pudiera eventualmente adelantarse al resto, pero es probable que la gran mayoría prefiera compañías que ofrezcan valor y un perfil de ganancias estable.

1. La preferencia por el bajo riesgo/valor/calidad debe permanecer a medida que el miedo remite

Si bien una multiplicidad de impactos/crisis puede estar más cerca de alcanzar su punto álgido en los mercados, todavía se están canalizando las diferentes intensidades y duraciones que conducirán al futuro de los mercados financieros. Por el momento, el aumento de la inflación sigue causando víctimas con la última decepción de los beneficios de la empresa Target, ya que los consumidores menos ricos no quieren ni pueden soportar el aumento de los costes (+presión de la cadena de suministro).

Lo que sabemos históricamente sobre esta fase del ciclo económico es que la renta fija tiene un rendimiento inferior, mientras que las acciones tienen patrones menos claros. Como de costumbre, la comparación no es razón suficiente, pero sí que informa mucho. Ante un entorno tan complejo, deberíamos ver a los inversores optar por la prudencia dentro de la renta variable, especialmente porque parte de las tecnológicas, el ladrillo y el arte sigue estando muy caro. Una cuestión clave es que la tasa de interés final, tanto para la Fed como para el BCE, es en realidad incierta y muy difícil de pronosticar. ¿Tendrá la Reserva Federal que apretar más de la cuenta y provocar una recesión, como muchos sostienen?

2. El apalancamiento es el elefante en la habitación

Una de las razones por las que el mercado financiero aún no se ha estabilizado es probablemente el elevado grado de apalancamiento en el mercado. Los que pueden probablemente han pedido prestado durante años apostando por la subida de los activos del Arte a la Tecnología y no todos pueden permitirse las pérdidas. Por ejemplo, las empresas de cheques en blanco (SPAC) que compran empresas vieron su apogeo en febrero de 2020 sin muchas más consecuencias, pero a la larga debería afectar al consumo de alta gama, al sector inmobiliario, etc. Estos inversores suelen apalancarse mediante la venta de derivados de volatilidad y el enorme salto de la volatilidad de la renta variable durante marzo de 2020 (Covid-19) es probablemente sintomático de ello. De forma lenta pero constante, seguramente se han apalancado de nuevo y una parte de ellos se ha vuelto cada vez más bajista y mantiene posiciones más prudentes en renta variable, como Coca-Cola o Air Liquide.

A lo largo de muchos meses, la subida de los tipos de interés debería repercutir en el mercado inmobiliario. Según Zillow, ya el 75% de los compradores de viviendas post-subprime se arrepienten de una decisión de compra precipitada y demasiado cara. Cuando este mercado acabe por enfriarse o corregirse, debería repercutir negativamente en el crecimiento y en los mercados financieros, con el consiguiente aumento de los rumores de recesión. Mientras transitamos entre un rally bajista y su último tramo en un momento desconocido, es probable que una mezcla de estilos sea una forma atractiva de esperar y atravesar la siguiente fase del mercado.

3. La ventaja de mezclar estilos

Un estilo funciona bien cuando se anticipa a un mecanismo económico y a la moda del mercado. Cuando nos enfrentamos a una incertidumbre económica y financiera mucho mayor, el Bajo Riesgo/Valor y la Calidad (cuando no son caros) suelen ser demandados. Sin embargo, una mezcla de Bajo Riesgo/Valor y Calidad probablemente tenga más sentido si se eliminan las empresas que se encuentran en el espectro de la madurez hacia la obsolescencia. A medida que ampliamos el universo de estilos que se mezclan, aumenta la oportunidad de captar exposiciones más complejas que no son obvias en un simple backtesting, pero sí a través de un análisis riguroso.

En particular, si los mercados se venden, se obtiene la protección del bajo riesgo; si la inflación y los rendimientos se mantienen elevados, se sufre menos el impacto del aumento de los tipos de interés debido a la exposición al valor; y si las cosas se recuperan, se dispone de grandes empresas de alta calidad (con perspectivas de crecimiento descendente) que muy probablemente también funcionarán. Por último, una característica importante de esto es que las probabilidades de que se arrepienta de su decisión son menores, lo que a veces es un factor crucial en períodos de incertidumbre.

¿Y esto qué significa?

Una combinación de valor y calidad y un toque de bajo riesgo que suele encontrarse en las soluciones flexibles son una forma de esperar a que pase esta fase del mercado financiero y prepararse para la siguiente.