A pesar de que el 2023 haya arrancado con una mejor visibilidad sobre los posibles niveles máximos de inflación, tanto en Europa como en EE. UU., así como sobre el recorrido que pueda  tener el aumento de los tipos de interés durante el primer semestre del año; el mercado sigue  arrojando niveles elevados de volatilidad que, a fin de cuentas, puedan inquietar a los  inversores.

Sin embargo, también hay quienes están aprovechando las diversasineficiencias que  el año 2022 ha dejado en ciertos nichos de mercado. En esta línea, conviene destacar Europa donde, con experiencia y selectividad, es posible encontrar verdaderas joyas capaces de ejecutar  su estrategia industrial sin depender de factores exógenos.  

En este sentido la clave reside en invertir en historias únicas capaces de crecer de forma estructural sin depender de factores externos como son los niveles de tipos de interés o de  inflación. Esto es posible si la selección se basa en compañías con baja o cero deuda que  financian su crecimiento a través de la reinversión de sus flujos netos de caja por lo que, como  consecuencia, unos tipos más altos no impactan su estructura de capital.

Además, son modelos  de negocio con barreras de entrada estructurales y mantenidas en el tiempo por la fuerte  inversión que acometen todos los años en I+D, innovación y atracción de talento. Aquí Europa  juega un rol de liderazgo global hace muchas décadas y que logramos competir con otras  regiones como EEUU y Asia.  

La tecnología médica, la industria 4.0 o la automatización de la industria son ejemplos de nichos  de mercado de alto crecimiento estructural donde Europa exporta hace mucho un know how  único. El caso de compañías como Carl Zeis Meditec (desarrollo de equipos especializados en  oftalmología e cirugía cerebral), Sartorius Stedim (desarrollo de equipos de testeo para la  industria de biotecnología) o Interoll holding (desarrollo de hardware y software para  automatizar enteramente un almacén o un centro logístico) (los cuales forman parte de nuestra  cartera desde hace más de 10 años); son ejemplos concretos de compañías que logran atraer el  mejor talento e internacionalizar muy rápido sus ventas a través de una propuesta de valor  única.  

Asimismo, en este contexto, cobra especial relevancia que la inversión en Small&Mid caps genera a largo plazo rendimientos superiores a la inversión en compañías de mayor tamaño. Un  suceso que se reproduce en todos los mercados bursátiles desarrollados, desde Estados Unidos,  pasando por Europa y alcanzando incluso al continente asiático.

Al contrario de lo que a priori  podamos pensar, las Small Caps no tienen por qué ser necesariamente compañías de reciente creación. En entornos volátiles y difíciles, la mejor forma de jugar la recuperación de un país es  a través de sus pequeñas y medianas empresas. Son más ágiles y flexibles, y eso les permite  adaptarse mejor a los nuevos entornos o retos.

Por otro lado, el desempeño operativo seguirá siendo el principal catalizador de la cotización de  una acción a largo plazo. En el corto plazo, el mercado resulta ineficiente ya que existen diversos factores y parámetros sobre los que no tenemos ningún tipo de control. No obstante, a largo plazo, el crecimiento de los beneficios de una compañía se verá reflejado en el precio de la  acción.

Los valores pequeños y medianos de hoy serán las grandes capitalizaciones del mañana. En este sentido, no conviene inquietarse de más por aquellas cuestiones del precio o PER actual al que se realizan la compras, ya que el tiempo es un gran aliado y lo que parece caro a día de  hoy, con el paso de los años, se transformará en una buena inversión. Por esta misma razón, la  calidad de los propios modelos de negocio adquiere una relevancia más que significativa.