Entre los debates principales que siguen rigiendo el comportamiento de los mercados  destacamos de nuevo la inflación aunque estas presiones de precios sobre sectores como el transporte y los componentes están disminuyendo. Asimismo, la capacidad de producción ha aumentado y los denominados “leads times” o plazos de entrega han vuelto a niveles más habituales. Por otro lado, los efectos de recuperación de pedidos del año pasado se están desvaneciendo.  

A nivel europeo, entre los sectores que podrían desempeñar un rol clave para las carteras a  finales de año, destacamos los valores de tecnología médica, que seguirán beneficiándose de la  aceleración masiva de las inversiones en innovación. Las terapias de nueva generación/biotecnología se están desarrollando con rapidez y de manera generalizada en todo  el mundo, sobre todo en Asia, donde China continúa invirtiendo de manera masiva para  convertirse en un actor clave e independiente en este campo.

La crisis del COVID19 permitió a las instituciones y gobiernos recordar cuán vitales son sus sistemas de salud para sus economías. Sin ir más lejos, en la “zona Nórdica” y en particular en Suecia, donde hay más acciones de  tecnología médica y digital frente a más perfiles industriales para las empresas alemanas, los problemas cíclicos se encuentran poco presentes. 

En lo que respecta a la automatización industrial, ésta continúa tras la crisis, comportándose  como un vector de optimización de las organizaciones industriales de las compañías. El sector de los semiconductores debería seguir beneficiándose de la dinámica estructural con visibilidad sobre los avances tecnológicos necesarios para la próxima década. Los grabados serán siempre más finos requiriendo, por tanto, equipos de producción cada vez más complejos y caros. Por no hablar de la continuidad del fenómeno de la deslocalización con la proliferación de proyectos de plantas de producción de semiconductores en todo el mundo, principalmente en Estados Unidos, pero también en Europa.  

En tercer lugar, resaltan los valores de software o digitales, que siguen ocupando una posición  esencial en las necesidades de digitalización y automatización en todos los sectores; así como  en los planes de inversión y recuperación europeos que respaldarán su crecimiento en los  próximos años. 

Para finales de año, si bien seleccionamos compañías que ofrecen productos y servicios de  calidad a segmentos de negocio en crecimiento estructural y posicionados en B2B, se vuelve  imperativo invertir en modelos económicos con posicionamiento de alto valor añadido, con  estrategias orientadas al crecimiento, particularmente a través de la innovación y la expansión  internacional.

En este sentido, un nivel de endeudamiento limitado (0,2X Deuda Neta/EBITDA  y 50% de compañías con caja neta positiva), márgenes elevados(80% de empresas cuyo margen  EBITDA > 20) y un poder de fijación de precios real serán fundamentales en los próximos trimestres.