El inicio del último trimestre de 2023 fue un tanto abrupto para los mercados emergentes en  divisa local, siguiendo la tónica volátil instaurada tras la escalada de las tensiones internacionales  y sus posibles implicaciones. No obstante, incluso en este contexto, hemos podido apreciar la  excelente capacidad de resiliencia de la que dispone este tipo de activo y que nos permite  mantener nuestro optimismo.  

Con la inflación en máximos y el giro en las políticas de los bancos centrales, es probable que el  capital mundial vuelva a dirigirse hacia los mercados emergentes. El endurecimiento preventivo  de los bancos centrales, muy por delante de los mercados desarrollados contemporáneos, ha  dado lugar a niveles significativos de carry en la clase de activos.  

De cara a lo que pueda suceder en los próximos meses, incluyendo ya inicios de 2024, somos constructivos en lo que respecta a los bonos de los mercados emergentes. En esta línea, tres  temas estructurales que probablemente dominen: 

  • Crecimiento. La perspectiva de una profunda recesión mundial es improbable.  Estructuralmente, prevemos una expansión económica plurianual impulsada por la  tecnología y la rivalidad, liderada por EE. UU. y China. La ralentización del ciclo  económico mundial seguirá siendo benigna, apoyada por un consumo aún resistente en  EE.UU. y el giro político en China. La ralentización de los mercados emergentes,  impulsada por el endurecimiento de las políticas, se verá probablemente atenuada por  este contexto macroeconómico mundial estable, así como por el probable cambio de  rumbo de las políticas monetarias locales. 
  • Inflación. Los factores deflacionistas de varias décadas, como la demografía y la  tecnología, permanecen intactos y es probable que reafirmen la presión a la baja sobre  los precios. En consecuencia, los responsables políticos, principalmente en los mercados  emergentes, están poniendo fin a sus ciclos de endurecimiento. El cambio de rumbo de  la Fed también está cerca; las señales pesimistas de los bancos centrales de los mercados  emergentes son un indicativo de lo que está por venir para el FOMC. 
  • China. El tema de la moderación del crecimiento en el gigante asiático ha sido un lastre  importante para muchas economías de mercados emergentes en los últimos años. La  reapertura de la economía china es un hecho positivo. Hasta ahora, la estrechez de su recuperación ha sido una decepción; se necesita más de los responsables políticos de  Pekín para rejuvenecer el sector inmobiliario y, por extensión, la confianza de los  hogares y el consumo. Somos optimistas en cuanto a la adopción de medidas políticas  significativas. Dicho esto, no todo son malas noticias en China.