¿Cómo valora el dato de crecimiento de Estados Unidos?
“Sorprendió negativamente, está claro, pero hay una serie de factores que han influido sobre el PIB estadounidense. En primer lugar, se ha reducido el gasto de defensa lo que influye sobre la partida de gastos públicos; pero, además, hay otros factores como la balanza comercial donde han caído las exportaciones en un contexto económico mundial débil, a pesar de un dólar débil.

También es importante el efecto que tuvo el huracán Sandy, sobre todo, sobre la producción industrial. Todos estos factores han hecho que el PIB se contrajera en el último trimestre, pero no olvidemos que Estados Unidos ha crecido por encima del 2% y es superior al 2011. Yo me quedaría con el dato de repunte de consumo entre los americanos teniendo en cuenta que el 70% del PIB procede de la demanda interna y ha sido un dato netamente positivo junto a la política que está llevando la FED para reactivar el mercado de trabajo”.

¿Qué relación establecemos entre la marcha de la economía estadounidense y un S&P 500 en los 1.500 puntos?
“Correcciones sanas siempre vienen bien. Tener a los índices bursátiles subiendo un 5% no se da en la realidad. Ahora bien, la falta de alternativas de inversión, sobre todo en la parte de renta fija, hace que muchos inversores vean con buenos ojos la renta variable. Lo que hace es que el dinero vuelva a la renta variable.

Sigue siendo el mercado de acciones el que más nos gusta para 2013 y a la hora de posicionarnos, damos importancia a la renta variable de Estados Unidos a través de fondos muy indexados al S&P 500 o fondos de gestión flexible”.

¿Considera que nos encontramos en una ‘guerra de divisas’ con especial protagonismo del yen?
“Nos encontramos en ella. Todo el mundo quiere realizar una devaluación competitiva a excepción del BCE que no quiere entrar en esa guerra. Estados Unidos pretende –vía devaluar el dólar- reducir la tasa de paro, Japón, con ello, crear inflación; sucede lo mismo con el Banco de Inglaterra y Suiza para que sus monedas pierdan valor respecto a otras.

En el caso europeo no se está dando porque Alemania no quiere dado que podría suponer una hiperinflación y Berlín no quiere pasar otra vez por una situación tan dolorosa. Un euro tan fuerte podría hacer perder competitividad a países de la periferia como España o Italia que consiguen mejorar su PIB a través de las exportaciones fuera de la zona euro. Es una doble fuerza en Europa.

Por fundamentales no tiene mucho sentido tampoco que el euro se vaya al 1,40 en su cruce frente al dólar; lo lógico sería un nivel de 1,20/1,25 en su cambio”.

Desde el punto de vista de los fondos de inversión, ¿dónde se encuentra la rentabilidad en estos momentos?
“En cuanto a la renta fija corporativa este año va a ser peor que el anterior, lo que no significa que no vaya a haber rentabilidades muy buenas. Es importante que sean fondos de gestión activa combinando renta fija privada, con posiciones en deuda emergente, productos que tengan en cartera también deuda pública. En este sentido, llevamos meses valorando mucho que apuesten ciertos fondos por la periferia europea, pero con capacidad de cambiar en el momento en el que vuelvan las tensiones a nuestro mercado de deuda.

También vemos oportunidades en el high yield. Hoy por hoy las tasas de default están bajas.

Respecto a los productos de renta variable, la clave va a estar en combinar mixtos flexibles con renta variable. Nos centramos en Europa, Estados Unidos y fundamentalmente el Sudeste asiático. En cuanto a los sectores nos gustan el sector inmobiliario norteamericano que, además, está generando puestos de trabajo; también vemos valor en el sector salud, donde hay que tener en cuenta el envejecimiento de la población; quizás el sector financiero, sobre todo, norteamericano como JP Morgan o Goldman Sachs, frente a bancos europeos que están en pleno proceso de reestructuración”.