La cuestión es que en el mundo hay dinero, mucho dinero esperando buenas oportunidades. Después de la corrección de septiembre, los grandes inversores decidieron huir a la espera de que la tormenta amainara y ahora parece que la tormenta se ha calmado, con lo que es tiempo de ver qué ha hecho el dinero y qué podría hacer en los próximos meses. Y en estos casos los expertos suelen decir que ese es el camino correcto a seguir.


“La fortaleza del rebote de la bolsa desde octubre ha cogido a muchos inversores por sorpresa, particularmente porque el petróleo ha caído, el high yield sigue deprimido y los tipos de interés permanecen casi sin cambios.
El S&P 500, por ejemplo, está un 2% por encima del pico de septiembre, mientras que el bono de EEUU a 10 años está 30 puntos básicos por debajo. ¿Cómo pueden suceder estas dos cosas al mismo tiempo?”, se cuestionan los analistas de Barclays.

En su opinión la respuesta es que los inversores sacaron el dinero de los activos de riesgo en octubre y los hicieron efectivo y ese dinero está volviendo ahora a esos mismos activos en ambiente de ventas muy limitadas. “Un patrón típico implicaría que los flujos de fondos salieran de los espectros de riesgo. Después la renta variable debería beneficiarse mientras que la renta variable estadounidense está ya zonas de pico post-crisis”, asegura en la firma.

En la firma aseguran que en la actualidad en los mercados monetarios hay un exceso de efectivo de 80.000 millones de dólares. La entrada de dinero en este tipo de fondos fue muy elevada en septiembre y octubre, lo que indicaba la enorme aversión al riesgo.

Este dinero debería continuar saliendo de este tipo de activos iguales al efectivo para ir a parar a otros con más riesgo”, explican.


Exceso de efectivo




Explican, además, que en estos momentos hay una baja asignación de fondos a la renta variable tras un récord de llegada de dinero a los bonos y salidas de los propios vehículos de acciones.

Explican en Barclays que “la gran reasignación de activos que mandó dinero de los bonos a la renta variable en 2013 ha provocado un reajuste en 2014, con casi la misma llegada de dinero a los bonos y a las acciones hasta octubre. A partir de ese momento, una subida de la llegada de dinero a los fondos de bonos en las últimas cuatro semanas, unida a una salida desde la renta variable ha dejado un hueco de unos 55.000 millones de dólares de déficit implícito en la renta variable”, apuntan.

En cualquier caso, los analistas de la firma explican que los fondos de bonos han sufrido grandes salidas debido a la posible subida de tipos que se producirá en 2015. Sin embargo podría salir mucho más dinero, en opinión de Barclays. “Los miedos al tapering provocaron salidas de 275.000 millones de dólares en el segundo semestre de 2013, pero la entrada de fondos desde enero de este año han dejado las salidas netas en tan sólo un 2%”.

Muy poco dinero si se tiene en cuenta las salidas de periodos como 2003-2004 (5%), 1999-2000 (9%) y 1994-1996 (15%). De hecho, los analistas de la entidad financiera creen que cuando comiencen las subidas de tipos irá mucho más dinero a la renta variable que a los bonos.

En la firma británica creen que la renta variable estadounidense se va a seguir beneficiando de las generosas políticas de recompras en ese país. “Las masivas salidas de dinero durante las caídas de octubre se produjeron justo antes de la temporada de resultados, cuando muchas firmas tenían prohibido comprar sus propias acciones. La vuelta del dinero ha coincidido con las nuevas recompras, que ha dado más impulso al rally. Las entradas de flujos junto al mejor comportamiento de las bolsas ha provocado que la asignación implícita de fondos a renta variable de ese país haya alcanzado máximos de 5 años en el 61%”. Advierten en la entidad que cuando se han alcanzado estos niveles, en mayo de 2010, junio de 2012 y junio de 2013, la renta variable estadounidense ha comenzado a comportarse peor que otros mercados.

Por su parte, la asignación de fondos a la renta variable europea ha comenzado a tocar mínimos después de las últimas salidas récord. En concreto han salido 41.000 millones de dólares desde julio, cuando además se ha producido un comportamiento peor que en otras zonas del mundo. Todo esto ha dejado la asignación de fondos en apenas un 9%, una cifra sólo vista en plena crisis europea del verano de 2012. “Todo podría cambiar si el ECB lo hace bien, como esperamos”, explica.

¿Qué va a pasar con las bolsas?

“Dada la caída de los precios del petróleo y las expectativas de inflación, esperamos que los bancos centrales sigan manteniendo sus políticas acomodaticias. Mientras la FED podría comenzar a subir los tipos en junio y los mercados no van a poner en precio una agresivo ciclo de subidas. Los activos de riesgo como la renta variable no estadounidense podrían verse beneficiados de estas circunstancias. El rally del dólar podría continuar frente al Euro, el yen y el petróleo podría estar cerca de mínimos en los próximos seis meses y los bonos de mercados desarrollados podrían cotizar en rango en los próximos meses”, prevén en la firma.

Fondos EEUU y bolsa


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