Fue comentado por analistas de todos los lugares. Una de las compras que más llamó la atención en el pasado ejercicio. Microsoft se aventuró a comprar parte de la finlandesa Nokia para relanzar su área de teléfonos móviles. Todo ello, por el entorno en el que Apple y Google estaban ganando bastante nicho de mercado
. La firma con sede en Redmond, lejos de alejarse, mostró sus intenciones de entrar en la pelea.

¿Qué ganaban sendas empresas cada una por su parte? Por un lado, Nokia, que atravesaba un momento complicado por la constante decreciente venta de terminales móviles por el terreno ganado por el resto de competidores, entregaría todo ese negocio a manos de la compañía fundada por Bill Gates.

En este sentido, recibiría en cash una cantidad que, una vez hecha oficial la operación el pasado 25 de abril, estaría por encima de los 7.500 millones de dólares (5.440 millones de dólares). Además, en torno a 30.000 empleados de la empresa finlandesa entrarían a formar parte del conglomerado norteamericano, según apuntaron ante los reguladores.

En cualquier caso, Nokia seguiría cotizando con absoluta normalidad en la bolsa de Finlandia. Asimismo, lograría adquirir en cash una cantidad importante que aún no se conoce cuál sería su destino. Muchos expertos apuntan que esa cifra la podría destinar al pago de dividendos a los accionistas, mientras que otra de las posibilidades que se reconocen es que se mantenga en caja.

Ante esta operación y el entorno en el que se encuentra la compañía tecnológica escandinava, una de las cuestiones es si con esto se solucionan la totalidad de los inconvenientes que la llevaron a terminar vendiendo esa área de su negocio a Microsoft.

Así, para Sami Sakamies, analista de Nordea Bank AB considera que “el acuerdo no resuelve el problema inmediato de la compañía” sino más bien “es el momento de que se remanguen para intentar ponerse al día y sacar a flote el resto de sus negocios”.

Pero por parte de la empresa que lidera Satya Nadella habría que ver los beneficios que le podría suponer esta adquisición. Observando la operación, y teniendo en cuenta la situación del mercado Microsoft, se convertiría en el segundo mayor fabricante de teléfonos móviles a nivel mundial. Acumularía una cuota de mercado de alrededor del 14%, según datos de IDC. Aunque aún estaría lejos de Samsung, el que sigue siendo el líder absoluto.

Sin embargo, a Microsoft aún le queda camino para igualarse a sus rivales, en particular Google y Apple, en cuanto a desarrollar los sistemas operativos de los dispositivos móviles. Las dos empresas, para ser más exactos, representan el 96% de los sistemas operativos de los 290 millones de teléfonos móviles vendidos, de acuerdo con los datos de IDC. La tecnológica estadounidense sólo acapararía el 3% del mercado.

De esta forma, a través de esta compra, Microsoft pretendería dar un salto cualitativo y comer terreno a sus principales rivales. Nokia sería un enclave importante para sus intereses de cara a abarcar más mercado en relación al entorno en el que nos encontramos.

Además, tras la operación el anterior CEO, Stephen Elop, pasó a ser vicepresidente ejecutivo de Microsoft. Llegó a Nokia en 2010 y abandonó el cargo cuando se anunció la venta de la finlandesa a la compañía norteamericana. Por tanto, de este acuerdo que recientemente se hizo oficial, ambas compañías esperan recoger importantes frutos. ¿Quién será la más beneficiada con el paso del tiempo?