¿Qué podemos esperar de la campaña de resultados?

Sorpresas siempre podemos esperar sobre todo en Estados Unidos donde los analistas suelen ser más cautos. Lo que sí está claro es que en el país norteamericano vamos a ver una caída del beneficio importante, porque se compara con un gran trimestre del pasado año. Se enfrentan a todo un año con el dólar mucho más fuerte. Es decir que las compañías más exportadoras tendrán unos resultados claramente peores y luego vamos a ver cómo las compañías del sector energético van a sufrir con ese crudo que todavía está alrededor de los 50 dólares. Lo que esperamos es una caída del beneficio por acción del 6%. Lo estamos viendo. Solo ha habido un puñado de compañías que han hecho público sus números, pero ya vemos esa tendencia. Y realmente
lo que más nos importa es qué perspectivas tienen de aquí a final de año. Si al final hay algo de optimismo o el pesimismo sigue en las directivas de la mayoría de empresas americanas como vimos en el segundo trimestre. Luego tenemos los bancos, como JP Morgan ayer, que decepcionó. Hay que tener en cuenta que la actividad en el mercado ha sido muy floja en estos tres meses y la banca de inversión en este banco es muy fuerte como para no poder hacerse eco de la caída de esa actividad.

¿Cómo vemos los mercados en general con la situación de China?

Precisamente las dos palabras clave son volatilidad y debilidad. La debilidad está clara por estas sesiones que hemos visto estas semanas y viene dada por la alta volatilidad de los mercados. Hay que tener en cuenta que con esta volatilidad hay muchos gestores que están encorsetados con esta alta volatilidad y que no pueden permitirse abrir sus carteras a activos de riesgo mientras esa volatilidad permanezca. Creo que las incertidumbres cada vez son menos y es cierto que algunos datos malos como las caídas de las importaciones de China o esa caída de la inflación que ha publicado esta mañana abonan el terreno para que las posiciones bajistas, sobre todo en materias primas, sigan apareciendo y sigan dando volatilidad.

También desde el punto de vista macroeconómico seguimos pendientes de la subida de tipos de interés en Estados Unidos. Ya hay voces que incluso lo retardan hasta enero o marzo de 2016. ¿Todavía hay posibilidades de que se produzca a final de año o cómo lo ven ustedes?

Ya lo decía Lockhart, uno de los presidentes de la Fed regionales, que desde luego de aquí a diciembre van a tener datos pero que duda mucho que los datos les den la razón a una subida de tipos. Nosotros pensamos que evidentemente se van a tener que ir hasta 2016. Nuestros economistas piensan que va a ser en marzo y que luego habrá otra pequeña subida en junio. Pero desde luego lo que está claro es que cada vez hay más rebaja de estimaciones de crecimiento, los ánimos del mercado claramente no están como para cortar las políticas expansivas y hay que tener en cuenta que es muy difícil subir tipos cuando el entorno económico lo que está intentando es bajarlos o dejarlos a cero para intentar que esa incipiente recuperación se mantenga.

Todo esto que estamos comentando también está repercutiendo en el mercado español Vimos como el Ibex 35 volvió a los 10.300 puntos pero parece que se ahoga en torno a esos niveles. ¿Qué podemos esperar para el mercado español con todo este clima que estamos desgranando?

Hay una cosa que es lo que nos hizo subir por encima de los índices europeos la pasada semana que fue los resultados de las elecciones catalanas. Al mercado la sentaron bien. La percepción que tenía el inversor extranjero sobre el desmembramiento de España claramente ha desaparecido. Lo hemos visto en la prima de riesgo, en el interés exigido al bono español. Pero en cambio todavía parece que les cuesta entrar en la bolsa española. La verdad es que pesa sobre los ánimos pero el tema de Brasil es un poco especial. Además de todos los escándalos ahora tenemos la posibilidad de que haya un juicio contra Dilma Rousseff y que incluso sea expulsada de la presidencia. Esas convulsiones que vienen desde Brasil le hacen mucho daño a empresas como Telefónica, Santander o Mapfre.

¿De qué manera pueden llegar a pesar en estas compañías?

Hay que tener en cuenta por ejemplo Santander que tiene gran parte de esperanzas de su crecimiento depositadas en Brasil. Si en Brasil, que está inmersa en una terrible recesión dado que puede caer entre un 3% y un 4% su economía este año, y si las materias primas no mejoran, entre en esa espiral vamos a tener más impagos, menor actividad y caída en el crédito y eso va a hacer que Santander vaya a tener que provisionar. Va a hacer que el negocio de Santander en Brasil no vaya de la forma que ellos esperaban.

¿En el caso de Telefónica y Mapfre?

Exactamente lo mismo. Telefónica la verdad es que ha invertido una cantidad de dinero extraordinaria en hacerse con el primer puesto de clientes en Brasil, pero claramente si su economía no va bien, el gasto en tráfico de datos y en actividad, va a ser menos. El consumo se resiente en épocas de recesión y esto en una compañía como Telefónica pues le puede hacer mucho daño. Hay que tener en cuenta que más de un 30% de sus ingresos vienen desde Brasil, lo que es una parte muy importante.

¿En general dentro del sector bancario en el mercado español podemos encontrar oportunidad con lo penalizado que ha sido durante todo este año?

Sin duda. Creo que en España el crédito está repuntando, lo estamos viendo, la morosidad está cayendo. Cada vez hay menos provisiones porque ya se ha provisionado todos los activos tóxicos, todos los activos adjudicados, y nosotros somos muy optimistas de cara a estos resultados del tercer trimestre que muestren una evolución todavía más positiva de la que hemos visto en los últimos tres trimestres y bancos como Bankia o incluso Bankinter puedan ver sus cuentas verdaderamente saneadas. En cuanto a bancos internacionales, seguimos siendo optimistas con BBVA y Santander. Esta segunda principalmente por ese castigo que recibió que la llevó a los 5 euros. Pero sin duda nos gusta más BBVA por esa exposición a México y a Turquía que creemos que son dos mercados que están en plena expansión.

¿Qué opina de los sectores más penalizados como la automoción? ¿Cree que es momento de entrar o deberíamos esperar aún más?

Aquí sí que no hablaría sector, pero sí hablaría más de compañías. Pienso que a Volkswagen le queda todavía mucho por saber cómo va a afectar todo este escándalo principalmente a credibilidad, a prestigio, y a las ventas por supuesto. También hemos visto que es de las pocas compañías que en China ha vendido menos durante este verano, así como BMW y Daimler han continuado su crecimiento allí. Nuestra favorita en el sector sin duda es Daimler, aunque también nos gusta mucho Renault. Pero entendemos que el castigo que sufrió Daimler del 17% con la crisis de Volkswagen está totalmente injustificado. Ellos dicen por activa y por pasiva que no tienen absolutamente nada que ver, con lo que entendemos que el mercado va apoyando poco a poco a la acción.

Sin ninguna duda Daimler sería una gran apuesta ahora. Creemos que con la fortaleza del dólar va a crecer en Estados Unidos. Con la recuperación en Europa llevan tres meses seguidos vendiendo más vehículos en Europa, tanto en Alemania como en el resto de mercados y creciendo por encima de los dos dígitos y pensamos que ahora hay muy poco en el camino de Daimler para que vuelva a los niveles en los que estaba antes de verano.

¿Qué se puede esperar a partir de ahora con la unión de AB InBev tras lanzar la OPA sobre SABMiller?

De momento el rpecio nos parece un poco caro, lo que es muy bueno para los accionistas de SABMiller. Algo menos para AB InBev. Pero lo que está claro es que han hecho un gigante que da miedo en el mercado de la cerveza. Casi un tercio de la cerveza que se consume en el mundo va a ser fabricada por este gigante. Lo primero que tenemos que ver es lo que opinan las autoridades de competencia de los distintos países donde tiene impacto y vamos a ver qué aconsejan porque es muy probable que les hagan deshacerse de activos. Desde luego los movimientos de concentración siempre son buenos para las compañías que los llevan a cabo porque eliminan competencia.