En esta misma columna comentábamos el mes pasado que la amplia volatilidad y dispersión que presentaba el mercado apuntaba a una mayor inestabilidad futura; el desplome de las materias primas con el petróleo a la cabeza y el comienzo en el tensionamiento de los tipos de interés en EEUU eran las principales causas. Desde entonces, los desequilibrios se han acentuado