Dados los riesgos actuales estamos pasando a una posición infra ponderada en renta variable, especialmente de Europa. Seguimos prefiriendo renta variable americana y creemos que el dólar se apreciará frente al euro.
El lento crecimiento económico en Europa, bajos tipos de interés, inflación moderada y baja rentabilidad en otros activos puede conducir a los inversores hacia deuda de alta rentabilidad.
Los mercados han visto el peor escenario desde que introdujimos cautela hace tres meses: inflación a pesar de endurecimiento monetario en muchos países emergentes; contagio de deuda soberana en Europa y crecimiento limitado en EEUU.
Históricamente en Japón se ha recompensado la inversión de valor y lo mismo ocurre tras un shock externo. La magnitud de la devastación y tragedia del terremoto y maremoto de la costa Noreste de Tohoku y la incertidumbre sobre su coste hacía muy probable una huida hacia la seguridad.
La firmeza y mejora de los fundamentales en la región de Asia han aumentado el atractivo de su renta variable, especialmente en el contexto de los problemas de crecimiento a los que se enfrenta el mundo occidental. De hecho la región sigue bien situada para generar crecimiento a largo plazo y superar dificultades a corto, puesto que su demanda doméstica está aumentando notablemente, mientras progresan los vínculos comerciales con la Unión Europea y entre los propios mercados asiáticos y disminuye el grado de dependencia con la economía de EE.UU.