La publicación de los datos del PIB del 2º trimestre se ha hecho eco de la mejora vislumbrada en la mayor parte de los índices de confianza y de actividad desde hace unos meses: después de seis trimestres seguidos de contracción, esta primavera la zona euro ha vuelto a crecer, con un alza del 0,3% (tras la bajada del 0,3% del trimestre anterior).
Parece que ésta es la moraleja que deriva de la fuerte corrección que está en curso en los mercados emergentes, y en particular en sus mercados de renta fija. ¿Cuántas veces se han puesto estos últimos como ejemplo, especialmente desde la última gran crisis? ¿No se habían convertido prácticamente en el único motor del crecimiento mundial? ¿Su bajo nivel de deuda pública no reflejaba la solidez de sus economías y su excelente gestión de los fondos públicos? En resumen, aparentemente tenían todos los motivos (positivos) para convertirse en los favoritos de los inversores.
En el momento actual, en los países emergentes (Brasil, Rusia, India y China), los índices PMI de actividad industrial se mantienen por encima del umbral simbólico de 50, que sinónimo de expansión de la actividad económica, pero con un dinamismo mucho menos vigoroso que a principios de año. Los últimos datos de abril relativos a India, por ejemplo, reflejan bien esa tendencia bajista: el PMI se ha situado en 51, frente a 52 en marzo y cerca de 55 al final del año pasado.
1. ¿Qué perspectivas guarda para la política monetaria de la Fed? Creo claramente, que durante los próximos cinco meses los tipos de interés permanecerán a cero, pero lo que será muy importante es la estrategia de comunicación de la política monetaria de la Fed. Y probablemente ellos saben que durante los próximos meses los tipos de interés tendrán que subir, al menos los tipos de interés a largo plazo. No obstante, hasta que puedan controlar el incremento de los tipos de interés, podrían analizar alguna estrategia de comunicación para no tener que sobrepasar los tipos de interés a largo plazo.
En esta orilla del charco, las perspectivas para 2013 son menos inciertas, lo cual no constituye necesariamente una buena noticia. En efecto, la continuación del esfuerzo de consolidación fiscal va a hacer pasar a la zona euro otro año de recesión (hipótesis más probable) o de estancamiento (hipótesis optimista).
El crecimiento mundial se ha decelerado sensiblemente durante los últimos meses. Aunque las situaciones varían por países y zonas, ahora la norma es un dinamismo de la actividad claramente menor al del periodo anterior, tanto en las economías desarrolladas (entre las cuales Europa es el eslabón débil) como en el mundo emergente. La última entrega de los índices de actividad industrial, buen termómetro del vigor del ciclo, no deja lugar a dudas al respecto.
De cara al presente año que acabamos de inaugurar, pensamos que los valores de renta variable europea serán una de las grandes sorpresas que nos dejará 2012 y que obtendrán importantes rendimientos.