Aunque el ílndice VIX de volatilidad cayó a mínmos de cuatro meses la semana pasada, 2018 en general ha visto volver la volatlidad. La gran caída en los mercados de acciones el año pasado fue de menos del 3%. Sin embargo, seste año ha habido una caída del 9%.   Los mercados reflejan cierta incertidumbre a que los vientos de cola a favor de la economía lleguen a su fin al calor de una inflación más alta, el incremento en los tipos de interés en Estados Unidos, el final del QE  y la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Los inversores todavía tienen un potencial dilema. El retorno de la volatilidad no supone que haya que vender. Por el contrario, el crecimiento global es todavía bueno, el crecimiento de los beneficios es fuerte y las valoraciones de los mercados de acciones se mantienen en niveles atractivos respecto al efectivo y la renta fija. Las acciones globales están actualmente a 16,7 veces sus beneficios, comparado con una media a 30 años de 17,8 veces. Históricamente, “sólo múltiplos por encima de las 23 veces han sido consistentes con  rendimientos medios negativos”. reconoce este experto.

En resumen, pensamos que invertir en acciones es bastante probable que funcione a corto plazo y muy probablemente que lo haga a largo plazo. En los últimos 90 años, los inversores con un horizonte de inversión de 10 años han tenido un retorno positivo del S&P500 en el 95% de las ocasiones. Claro que sincronizar la salida de las acciones antes de una recesión también puede ser complicado. Mientras el retorno medio en el año final de un mercado alcista es el 22%, la recesión viene acompañada por una reducción del capital de cerca del 20%, según datos desde 1928. Los inversores necesitan ambas cosas: estar invertidos y controlar los riesgos. Aquellos inversores cuyas carteras estén diversificadas están bien preparadas para el retorno de la volatilidad. Pero muchos otros están intenando una aproximación "pasiva“ en los mercados tradicionales sin controlar los riesgos de caídas de los mercados, manteniendo posiciones concentradas, centrándose en generar rentaiblidad sin tener en cuenta los riesgos y sin un enfoque adecuado a largo plazo.

Para prepararse para este nuevo entorno, desde UBS recomiendan cinco enfoques:

  • Añadir fuentes alternativas de retorno frente a las acciones clásicas y bonos indexados. Por ejemplo, una cartera con igual peso en acciones estadounidenses focalidada en cinco de los factores de comportamiento más frecuentemente nombrados. Factores como el tamaño y calidad de la compañía, hanbatido en un 1,9% al S&P 500 por año desde 1998.
  • Menor vulnerabilidad a caídas de los mercados. Para aquellos inversores que puedan usar opciones, un método de protección ante las caídas en comprar opciones put. Cuando las opciones no son apropiadas, la diversificación, el rebalanceo sistemático y reservar fondos para el gasto a corto plazo pueden ofecer una igual de efectiva protección.
  • La diversificación global puede ayudar a reducir la exposición a riesgos específicos. Aquellos que tengan aversión a invertir en acciones extranjeras pueden mitigar este riesgo comprando compañías locales con exposición internacional.
  • Recondiserar fuentes de rentabilidad más allá del riesgo de crédto. La rentabilidad ofrecida por el riesgo de los bonos corporativos no es suficiente para compensar el riesgo de un default. Los inversores que quieran rentablidades sin tomar excesivo riesgopodrían considerar acciones que paguen dividendos y duraciones largas en bonos de gobierno (que podrían compensar turbulencias de los mercados).
  • Mirar más alla del ciclo de mercado con asignación a los mercados privados, inversiones sostenibles o temas de largo plazo(por ejemplo, ciertas areas de tecnología o mercados emergenets) que podrían ayudar a incrementar los retornos o reducir la tentación de vender en el tiempo incorreto y volver al efectivo.

En suma, los inversores deberían preparar sus carteras para los retornos de volatilidad a niveles que no hemos visto en años. Pero con la economía y los  beneficios creciendo con fuerza, "no creemos que vender activos de riesgo en favor del efecto sea lo correcto. Mirar fuerntes de retorno alternativo, añadir una protección ante las acaídas e invetir a largo plazo permiten a los inversores reducir el riesgo de caída potencial y posiciona la cartera al crecimiento a largo plazo", concluye Haefele.