La fortaleza que experimentó la región emergente durante la primera parte del año tuvo una protagonista: la divisa. El hecho de que el dólar siguiera débil frente a muchas de las divisas emergentes hizo que el ciclo de crédito siguiera y, si tenemos en cuenta que el programa de bonos de EEUU ya no existe, “se ha liberado capital que antes iba hacia esta tipo de activo y se ha reubicado hacia emergentes también”, reconoce Christian Dür, responsable de Ética Patrimonios EAFI.

 

 

De izda a dcha: Álvaro Antón (Aberdeen Iberia), Christian Dür (Ética Patrimonios EAFI), Miguel Ángel García-Ramos (Ei), Silvia Morcillo (Ei), Guillermo Santos (iCapital), Ana Fernández (AFS Finance Advsisor EAFI) y Leonardo Fernández (Schroders)

Un mercado en el que destacan un cada vez mayor número de emisiones, de calidad de compañías, menor endeudamiento – estamos en mínimos en este ratio – con poca volatilidad “y todo lo emitido en divisa fuerte (dólar) es lo que mejor se ha comportado desde la salida de Trump”, reconoce Álvaro Antón, desarrollo de negocio para Aberdeen Iberia quien, por dar una cifra, habla de “que el porcentaje de impagos que ha habido en crédito corporativo en emergentes asciende a un máximo del 5% mientras que Estados Unidos tienen en el 14% sus máximos. Y un punto más, los mercados emergentes van detrás del ciclo, lo que hace que ahora la oportunidad esté ahí claro que, siendo selectivo.  Más si pensamos que el mercado ha aumentado mucho y que China ha sido protagonista de muchas de las emisiones, el 90% de las cuáles están en manos externas, y en las que si hay que salir en caso de susto, puede ser complicado. El hecho de que la divisa china entre como moneda de reserva de giro “podrá permitir que haya muchas más emisiones de deuda sin saber el impacto que esto tendrá sobre el resto de emergentes”, reconoce Ana Fernández, socia fundadora de AFS Finance Advisor EAFI.

 

“Para que algo produzca un dólar en China, hay que invertir 7. No es nada productivo y esto es realmente alarmante”

 

Con todo, la pregunta es clave: ¿ha pasado lo peor cuando hablamos de China? La respuesta general es que sí, cuenta con una macro fuerte, pero también tiene muchos puntos débiles. El primero, la falta de transparencia a la hora de transmitir los datos. Sin embargo, “creo que China tiene muy buena perspectiva, tiene burbujas como cualquier otro país en crecimiento – China lleva un crecimiento medio del 8,7% en los últimos 15 años – y a partir de que la solidez sea veraz, la divisa sea fuerte y su política sea mayor, entrará inversión extranjera”, en palabras de Guillermo Santos, socio de iCapital EAFI.  El punto de incertidumbre está en la burbuja inmobiliaria en ciernes aunque “al ser una economía comunista, ellos decidirán cuándo la explotan. Y un dato más: para que algo produzca un dólar en China, tienen que invertir 7. No es nada productivo. Y esto es alarmante”, reconoce Leonardo Fernández, del departamento comercial de Schroders. Al final, China es el gran cisne negro  y lo que hay  que ver es que “si con este viraje de ser  país exportador a país  de consumo, puede hacer que el cisne sólo saque la cabeza porque, si saca el cuerpo entero, nos hará sombra”, explica la experta de AFS Finance Advisor EAFI.

Y aun con todo, desde Aberdeen reconocen que incluso los inversores conservadores deberían tomar posiciones en mercados emergentes por la depreciación que llevaban estos mercados, excluyendo EEUU y China que lleva trimestres creciendo al 7-8%.  “Ahora mismo tienen un descuento significativo frente a los desarrollados, las compañías por fundamentales están mucho mejor, es una población creciente con un nivel adquisitivo cada vez mayor y además hay formas de jugar China sin estar en China”, explica Antón.

Cuando se habla de Asía, el cambio de modelo de crecimiento de China que derivará en un crecimiento menor del que nos tenía acostumbrados, ha hecho pensar en una especie de “fusión” entre China-India o Indonesia para competir a nivel mundial por el comercio con los grandes desarrollados.  Algo que no ven estos expertos al ser economías bien diferentes al hablar de una (China) que es la fábrica de occidente y la que surte de demanda a la misma y la otra (Indonesia) que es una economía más doméstica que no tiene la misma dependencia de lo que solicite occidente y en momentos de crisis, el inversor internacional sale pero el doméstico sigue consumiendo lo básico. De esta última, Leonardo Fernández reconoce que ha pasado de tener déficit a un superávit de 1.000 millones, la economía ha cambiado radicalmente y la estabilidad que empieza verse en el gobierno después de las turbulencias de los últimos años es un factor positivo.

 

“El tipo de compañías que se puede encontrar en los dragones asiáticos es una forma de jugar China vía consumo o tecnología”

 

¿E India? Miguel Ángel García Ramos, analista de Estrategias de inversión reconoce que “la bolsa India cotiza a 20x PER, tiene un crecimiento del Beneficio por acción en torno al 20% y con un PIB del 7% con lo que el mercado indio es una bomba”. Y de hecho, de cara a futuro, es la economía que más va a crecer.

Del resto de dragones asiáticos – Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán – Dür reconoce que son economías que crecen al 2% actualmente. Sí que es cierto que en el primer trimestre, Singapur, Corea del Sur y Hong Kong se estancaron pero si al final influye la demanda global, preferimos centrarnos en temas como el consumo básico o tecnología, en los que tienen muy buenas empresas. Y de hecho, Corea del Sur es de los países del mundo con mayor número de compañías tecnológicas y con mayor crecimiento de los últimos 20 años. Si bien es cierto que estos países no están presentes en muchos índices, el tipo de compañías que puedes encontrar ahí es una de las formas de jugar el consumo en China, vía Hong Kong, o la tecnología, vía Taiwán.

Si vamos más hacia la parte oriental, Japón es otro de los jugadores en Asia que está comenzando a cambiar su política acomodaticia tras más de dos décadas de estancamiento económico. Los expertos reconocen que es una opción sabiendo que el crecimiento será bajo, que no habrá inflación alta aunque el pleno empleo es lo único que puede derivar en un crecimiento algo mayor de los precios. En este sentido, el experto de Ética Patrimonios EAFI reconoce que el problema crónico de Japón es el nivel de deuda aunque, creo que por exportaciones de la divisa, la foto de hoy es bastante mejor que la de hace un par de año con lo que sí, en cualquier cartera merece la pena tener algo de Japón”.  Una deuda que, por cierto, está en yenes y en manos de los propios japoneses lo que hace pensar que “Japón es el país menos correlacionado con los principales índices del mundo porque economía y bolsa están completamente descorrelacionados: puede crecer económicamente y el mercado no moverse o ir mal y el mercado se dispara”. Explican desde iCapital.

 

 

El experto de Estrategias de inversión no sólo habla a nivel monetario del apoyo del BoJ sino también del fiscal y del cambio que están haciendo las compañías en mejora de gobierno corporativo y mayor transparencia. Y sí, también están recomprando acciones y pagan dividendo aunque “lo que están repartiendo al mercado supone lo que generan de caja en un año. De media, las compañías japonesas tienen un 20-30% de caja en balance y, si eso empiezan a repartirlo, para los accionistas es un retorno enorme. Poco a poco, Shinzo Abe poniendo consejeros independientes, gobiernos corporativos y demás, está haciendo que ese dinero empiece a circular”, afirma Fernández.

Sobre la mejor forma de jugar en esta región, los expertos reconocen que depende mucho de la paciencia del inversor. En cuanto a la deuda, reconocen que puede ser un buen momento de entrar en renta fija de estas regiones en moneda local que tiene más recorrido, está menos expuesta a los vaivenes de las divisas y además, está en manos locales con lo que, ante momentos puntuales de volatilidad donde el inversor extranjero huye, quedan aseguradoras, pensiones e inversores locales con lo que siempre hay un comprador natural para estos bonos. Eso sí, sin olvidar que el problema del crédito es la puerta de salida.

En cuanto a renta variable, reconocen que la exposición a la región debe ser por puro stock picking  - selección de  valores -  y a muy largo plazo. Hablamos de un mínimo de 15 años. Con lo que, aunque esta región - y la emergente - se tiene a día de hoy como el picante de la cartera, lo cierto es que pesa un 11% en los índices, se sigue viendo como algu muy de nicho y deberia formar parte estructural de cualquier cartera.