El consenso de los analistas y de los bancos de inversión es que 2020 será un año de crecimiento bajo de en torno al 3% a nivel global, con una inflación a nivel mundial también baja, cercana al 2%, en un contexto de tipos de interés reales negativos. La perspectiva es que ni la Reserva Federal de Estados Unidos ni el Banco Central Europeo (BCE) toquen los tipos. “La valoración ‘Top Down’ apunta a revalorizaciones del 6-10% como un objetivo coherente para la bolsa en 2020. Aunque por las elecciones estadounidenses esperamos más volatilidad”, Víctor Peiro, director de análisis de GVC Gaesco Valores.

Pese a la ralentización económica, las bolsas que no han dejado de escalar hasta máximos históricos en Wall Street por el apoyo que están dando los bancos centrales a la economía. Por lo que insisten los expertos que hay que ser muy cuidadoso con la selección de activos en este escenario de amplias divergencias entre la economía real y los mercados financieros.

“Exponer parte de la cartera de renta variable a sectores más defensivos podría ayudar a maximizar el rendimiento de la misma. Sin embargo, hay que tener cuidado en qué compañías se invierte para evitar exponerse a valores que no han pisado el freno y que podrían estar algo sobrevaloradas por el mercado. El sector de las ’utilities’, tras salvarse de la quema en el desastroso fin de año de 2018, no ha parado de subir, por lo que habría que ser selectivo más que nunca antes de posicionarse dentro del sector”, indica Andrés Aragoneses, analista de Self Bank.

Sectores defensivos como las eléctricas, las concesionarias o las farmacéuticas y temáticas ganadoras como la tecnología y las renovables, muy ligadas al cumplimiento de los Acuerdos de París, son algunas de las apuestas que lanzan las firmas de análisis. Por valoración, Estados Unidos cotiza a múltiplos muy exigentes pero sigue siendo el mercado en el que encontrar las mejores ideas de crecimiento y disrupción. 

 

 

“Es una economía que crece por encima del 2%, los informes de empleo son muy sólidos con una tasa de desempleo del 3,5%, por lo que no sería una sorpresa ver que la renta variable americana todavía no habría tocado techo. Es verdad que cotiza a un ratio precio-beneficio (PER) bastante agresivo respecto a otras bolsas, pero no creemos que sería una razón para echarnos para atrás ya que tradicionalmente ha cotizado a altos múltiplos”, añade Aragoneses.

Europa, por su parte, presenta valoraciones más ajustadas y sobre todo el IBEX 35, que se ha quedado algo rezagado respecto a sus homólogos europeos este 2019 por el peso del sector bancario y la incertidumbre política que no acaba de despejarse. El selectivo español cuenta con un PER medio estimado de 13 veces, lo que le deja como el índice más barato de Europa occidental, ya que el sector bancario español cotiza en su gran mayoría con múltiplos por debajo de 10 veces. Renta 4 sitúa el potencial del Ibex 35, sin dividendos, en un 6% hasta los 10.200 puntos, mientras que BBVA es aún más optimista y cree que el índice español cerrará el año en los 10.600 puntos.

Banca March, por su parte, encuentra oportunidad también por valoraciones en el FTSE 100 de Londres, ya que presenta descuentos respecto a Europa en máximos de los últimos 40 años. La entidad tiene fuerte convicción en las empresas domésticas con menos exposición a la libra, que piensan que seguirá "fuerte" en los próximos meses.

Los analistas tampoco se olvidan en sus apuestas en renta variable de aquellos sectores que se han quedado rezagados en 2019, aquellos más ligados al ciclo económico. Credit Suisse señala que sus apuestas cíclicas son construcción, componentes de automóviles y, tácticamente, bancos minoristas. 

“La industria automovilística es un caso de un sector al que el mercado se ha empeñado en darle la espalda, apostando irrefutablemente a que la demanda de automóviles tenderá a la baja en los próximos años. La oferta se ha ido reduciendo, ante la falta de la rentabilidad con la que contaba en años previos a la crisis, dando paso una fase de concentración que reducirá los jugadores de la industria. Estas compañías cotizan con un fuerte descuento, a pesar de los esfuerzos de la mayoría de ellas para posicionarse en el coche eléctrico. Empresas con Renault o Volkswagen podrían ser alternativas dentro del mercado europeo o, incluso, CIE Automotive o Gestamp dentro del mercado español”, explica Aragoneses.

Deuda italiana, la apuesta en renta fija

Los bonos soberanos en euros ofrecen escaso potencial por las políticas de bajos tipos del BCE, sin embargo el crédito europeo de 'investment grade', que se verá beneficiado por las compras del Banco Central Europeo (BCE), sí podría ser un segmento a tener en cuenta este año. Renta fija emergente en divisa fuerte por su mayor potencial frente a la deuda 'high yield' es otro campo a tener en cuenta. Ibercaja y Banca March creen que a nivel táctico los bonos italianos también podrían ser una buena opción en este primer trimestre.

 

 

“Seguimos sin ver valor en los bonos de gobierno de manera direccional y preferimos el crédito corporativo. Dentro de esta categoría pensamos que tendrán buen comportamiento los bonos financieros, tanto en unos como en otros nos parece que todavía hay valor en las partes más subordinadas de la deuda. Seguimos en bonos denominados en dólares si pagan más spread que su bono equivalente en euros. El tramo BBB es donde somos cautos y nos cuesta encontrar valor. En ‘high yield’ somos muy selectivos. En general recomendamos incrementar y mantener la liquidez”, resume Peiro.

El paladio y los alternativos

Los fondos de inversión alternativa permiten descorrelacionar parte de la cartera frente a la evolución de los mercados, tanto a los de renta fija como a los de renta variable, ya que invierten en activos ilíquidos, capital riesgo o combinando posiciones cortas y largas. Los fondos de retorno absoluto ganan terreno en la industria en este escenario.

En los mercados de materias primas el oro sigue siendo la estrella como activo refugio, sin embargo el paladio no tiene rival con la rentabilidad acumulado de los últimos ejercicios. En diciembre, alcanzó los 2.000 dólares por onza y consiguió una rentabilidad anual cercana al 60%, con un avance del 350% desde enero de 2016.

“Las crecientes restricciones medioambientales en muchos países occidentales han provocado un repunte de la demanda de paladio en la industria del motor para su uso en elaboración de catalizadores que los fabricantes de automóviles encuentran cada vez más difícil de abastecer. Además, las restricciones al diésel están impulsando especialmente el avance de los motores de gasolina, lo que, a su vez, favorece la utilización de paladio en detrimento de otros metales usados por la industria en los motores de gasoil como el platino”, subraya Aitor Méndez, analista de IG.