* En primer lugar, los programas de compras de activos están ejerciendo un efecto directo sobre los precios de los valores adquiridos. Una de las primeras manifestaciones del programa de expansión cuantitativa del BCE fue la reducción de los tipos de la deuda pública a largo plazo y ello a pesar de que, a diferencia de lo sucedido en otras áreas, la puesta en marcha del quantitative easing en la zona del euro se produjo cuando dicho tipos estaban ya muy comprimidos en algunos de sus Estados miembros.


* Además del efecto directo sobre las rentabilidades a largo plazo de la deuda pública, los programas de compras de activos a gran escala activan un proceso de recomposición de las carteras del sector privado, de modo que las bajadas de tipos propician la revalorización de otros instrumentos, como los bonos corporativos o las acciones cotizadas, y la depreciación del tipo de cambio. Estos efectos son también visibles ya en el área del euro


* Cuando las bajadas de tipos se extienden a las condiciones de financiación de los bancos, activan un canal crediticio que, en definitiva, se traduce en condiciones de financiación menos onerosas para los hogares y las empresas. La última ola de la Encuesta sobre Préstamos Bancarios que regularmente realizan los bancos centrales del Eurosistema para el seguimiento de las condiciones de oferta y de demanda de crédito en el área, muestra que, tanto en términos de precios como de cantidades, dichas condiciones están ya respondiendo positivamente al programa de compras de activos del BCE

* Algunos trabajos recientes han analizado, por ejemplo, los potenciales efectos de los programas de compras de activos sobre la distribución de la renta y advierten de que, al propiciar la revalorización de tales activos, estos programas tienden a mejorar la situación financiera de quienes mantienen en mayor medida estos instrumentos, que suelen coincidir, en general, con los agentes de mayor renta. Creo, sin embargo, que es difícil extraer conclusiones sobre un tema de este calado sin adoptar una perspectiva suficientemente general.

* Me interesa aquí, sin embargo, centrar mi atención en los posibles efectos de las medidas expansivas de los bancos centrales sobre la estabilidad financiera. En primer lugar, debe tenerse presente que, en el medio plazo, la estabilidad económica y la estabilidad financiera resultan dos objetivos inseparables no siendo posible la una sin la otra. De hecho, las políticas de los bancos centrales, orientadas a la estabilidad de precios, favorecen el crecimiento sostenido que resulta esencial para asegurar la estabilidad del sistema financiero. Otra cosa es que, en el corto plazo, puedan surgir, en ocasiones, efectos indeseados asociados a los instrumentos utilizados, como el ajuste de los tipos de interés, para perseguir el objetivo primordial de la política monetaria.

* Se ha argumentado también que los bajos tipos de interés tienden a retrasar los procesos de desapalancamiento y de saneamiento de los balances de las empresas, las familias y las entidades financieras sobreendeudadas. Un período prolongado de condiciones monetarias y financieras muy laxas puede, por otro lado, generar burbujas en los precios de algunos activos tanto financieros como reales y, en particular, en los inmobiliarios.

* Siguiendo con la lista, un entorno de bajos tipos de interés plantea también desafíos para algunos sectores financieros concretos como el de las compañías de seguros de vida y fondos de pensiones. Tal y como han ilustrado, por ejemplo, las pruebas de resistencia realizadas recientemente por la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA), los bajos tipos de interés pueden generar desequilibrios entre la rentabilidad del activo, que depende del nivel de los tipos de interés, y el coste del pasivo cuando este está determinado por prestaciones predefinidas

* Por lo tanto, la prevención de los riesgos derivados de la laxitud de las condiciones financieras exige el concurso de otros instrumentos de política económica, como las enmarcadas en el ámbito macroprudencial. Estas políticas tienen como objetivo afectar a las decisiones de los agentes - hogares, empresas e intermediarios financieros - con objeto de impedir que la aparición o el crecimiento de desequilibrios macroeconómicos puedan dañar la estabilidad del conjunto del sistema financiero.

José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España