Este 2017 promete por la cantidad de eventos geopolíticos que tenemos ¿a qué nos enfrentamos realmente?

Cristina Martínez, responsable de fondos de Self Bank. En primer lugar, los inversores hemos puesto las carteras a cero pero traemos mucho viento de cola de 2016-2015 etc. Nos enfrentamos a los bancos centrales, ver si la FED subirá tres veces los tipos este año, analizar qué hará el BCE pues aunque ha alargado el calendario monetario ha recortado la cantidad de compras mensuales, nos enfrentamos a la banca italiana y al posible contagio a la europea, China con un crecimiento más moderado pero con una deuda más elevada que la que tenía hasta ahora. Nos enfrentamos a Trump, hay que recordar que tenemos el nombramiento y ver qué impone y qué no. Además, tenemos elecciones en grandes países importantes para la Eurozona. Tenemos problemas por el crecimiento de los populismos y además habrá que vislumbrar qué pasa con el Brexit.


Tenemos mucho por delante, presumimos volatilidad para este año y los inversores se enfrentan a un año complicado.

Para tratar de minimizar la volatilidad de las carteras a menudo se habla de la diversificación.  Pero también hay veces que es complicado implementar esta estrategia ¿alguna clave en este sentido?

Puede haber problemas porque muchas veces es complicado hacer tangible esta diversificación. Primer error que tenemos: solemos tender a pensar que tener muchos productos en cartera ya nos la diversifica. Es un error de concepto porque incluir muchos productos implica un análisis más complicado, podemos estar duplicando estrategias y en muchas ocasiones incluimos muchos activos sin saber si nuestro perfil es el adecuado, con lo que incluimos más riesgo.

Un ejemplo de cómo hacerlo es con productos multiactivo que para un inversor conservador puede suponer la parte core de la cartera. Ya tienes diversificación dentro del propio producto, y luego podemos escoger productos satélite que, aparte de lo que incluye el propio producto multiactivo, permite seleccionar ciertas estrategias que pueden interesar al inversor. Es una forma de implementar nuestra cartera que a los más nóveles les ayuda porque la diversificación la hace un equipo profesional.

El Pioneer Multi Asset Conservative cumple estas características ¿cómo se consigue esa diversificación?

Julia Salazar, Directora de ventas de Pioneer Investment. Por un lado, gracias a que los fondos multiactivo de ese equipo no son personalistas. Hay un equipo de 70 personas que está generando ideas. Y por otro lado, porque el propio proceso tiene cuatro fases muy diferenciadas con estrategias muy distintas:

Primera fase de estrategias macro, donde los estrategas macro determinan la visión del mundo. En una segunda fase, están las coberturas macro donde se ven escenarios alternativos y fuentes de volatilidad del mercado así como determinar apuestas para combatir la misma. En tercer lugar estaría la estrategia satélite, que son estrategias más oportunistas, duran menos tiempo en cartera y buscan poca direccionalidad con el mercado y descorrelación. En la cuarta fase estaría la selección de instrumentos, los analistas buscan qué bono y qué acción formará parte de la cartera.

Desde un punto de vista del inversor conservador ¿cómo hacen la gestión del riesgo?

En general en los fondos es fundamental la gestión del riesgo pero en este fondo, al estar enfocado a un inversor conservador, es clave. No puede tener más de un 30% a renta variable y para hacernos una idea, el riesgo para el gestor no es la volatilidad es perder dinero. Con lo cual diría que hay tres patas a la hora de gestionar este riesgo: la primera son las coberturas macro, la segunda – y más importante – tiene que ver con la diversificación. Cada vez que incluyen una estrategia en cartera es necesario que la correlación con el resto de activos sea muy baja. Por último, la tercera pata es la flexibilidad y agilidad. Tener rapidez al cambiar el posicionamiento de la cartera en caso de que el momento se ponga complicado.

¿Cómo se comportó el fondo?

El año pasado hubo muchos resultados que no esperábamos. Aun así, el fondo tuvo una rentabilidad cercana al 5% y el secreto de por qué funcionó tiene que ver con la flexibilidad, el oportunismo, la capacidad de ser rápidos a la hora de cambiar cartera y quizás en esos elementos binarios tan complicados de predecir el gestor no se posicionó: dio un paso atrás, prefirió no hacer apuestas y a la larga le funcionó.