En los mercados financieros, la aproximación más extendida al riesgo de un activo es la volatilidad entendida como variación, desviación, fluctuación… del precio. De la misma manera que para calcular la volatilidad de una acción, un bono o una divisa utilizamos su precio, para obtener la volatilidad de un fondo de inversión utilizaremos el valor liquidativo que es el precio