El S&P 500 estableció un nuevo máximo anual e histórico la semana pasada en 1.897 girándose con posterioridad con relativa fuerza. Un comportamiento que derivó en la aparición de formaciones de giro a la baja en gráficos de velas japonesas denominadas martillos invertidos en un entorno de divergencias bajistas en diferentes marcos temporales apuntando a una posible ruptura